Rousseff dice que «ser mujer» ha influido en la «conspiración»

La mandataria, derrotada el domingo en el Congreso, que aprobó el trámite de su juicio político , dijo que resistirá hasta el final del proceso con «honra» y «dignidad» y criticó al presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, su enemigo declarado, por aceptar la petición de destitución como parte de una «venganza» contra ella , por no impedir las investigaciones que lo convirtieron en reo del escándalo Petrobras. Según Rousseff, Cunha es partidario de la teoría de «cuanto peor, mejor» para el país.

«Él tiene un antecedente que no lo garantiza como juez de nada , es más bien un reo», acusó la presidenta, para quien el proceso «no traerá estabilidad política al país», toda vez que rompe «la base de la democracia». «Creo que sin democracia, Brasil no se transforma, no recupera su capacidad de crecimiento», señaló.

Rousseff recordó al expresidente Getulio Vargas, que se suicidó en 1956 bajo la presión de un proceso de destitución. De acuerdo con la presidenta, Brasil tiene desde entonces una «inclinación golpista durmiente» y, a partir de 1960, el «Impeachment se volvió sistemáticamente un instrumento contra presidentes electos».

Rousseff destacó que desde la redemocratización del país, en 1985, no hubo un presidente que no haya estado en la mira de una petición de destitución en el Congreso, y lamentó el juicio político del expresidente Fernando Collor, que renunció en 1992 y que ahora es uno de los senadores que debe juzgarla en el proceso que ya está siendo discutido en la Cámara Alta. Sin embargo, cuando era oposición, el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) estuvo a favor de la destitución de Collor y apoyó la petición de juicio político contra el expresidente Fernando Henrique Cardoso, en 1999.

Rousseff se defendió diciendo que es víctima de un proceso de destitución basado en una «flagrante injusticia» y que se trata de un «fraude jurídico y político» .

Afirmó a su vez, que está siendo víctima de un prejuicio por ser mujer, pues cree que si fuese un presidente varón sería tratada de otra forma. «Se ha mezclado en esto un grado de gran prejuicio contra la mujer . Hay algunas actitudes conmigo que no ocurrirían con un presidente», resaltó. Rousseff criticó especialmente el discurso del polémico diputado federal Jair Bolsonaro, del Partido Social Cristiano (PSC), que votó contra ella el domingo, tras homenajear a la dictadura y al torturador Carlos Brilhante Ustra, que dirigió una de las cárceles por donde pasaron presas políticas en São Paulo, inclusive ella. Ustra que fue procesado durante décadas por familias de víctimas de la tortura, murió impune el año pasado.

«Es terrible ver en el juicio alguien que vota en homenaje al mayor torturador que este país conoció» , dijo la presidenta. «Yo fui presa en los años 1970 y conocí muy bien a ese señor. Fue uno de los mayores torturadores de Brasil y sobre quien recaen acusaciones de tortura y muerte», criticó. Para la mandataria, las palabras de Bolsonaro muestran que la discusión sobre su juicio abrió un camino de «intolerancia» y «odio» en Brasil.

Rousseff relató lo que en su opinión fue una persecución de la oposición desde su elección en 2014 , incitando las protestas desde su primer día de Gobierno. La presidenta venció por un porcentaje ajustado frente al socialdemócrata Aécio Neves, y una diferencia de más de 3 millones de votos. Desde entonces comenzaron las manifestaciones contra su segunda gestión, que los especialistas reconocen como una especie de tercer turno electoral.

«La elección perdida por un margen pequeño volvió a la oposición derrotada bastante reactiva a esta victoria y, con eso, comenzó un proceso de desestabilización de mi mandato desde el comienzo», explicó la mandataria.

Rousseff defendió la continuidad de la operación Lavacoches, que investiga los desvíos en Petrobras y espera que se revelen nuevas evidencias de corrupción. «Es necesario investigar porque aún hay mucho que no se sabe», destacó. Sobre las acusaciones, en el Congreso, de que habría maquillado la contabilidad y gastado más que lo previsto en el presupuesto, Rousseff afirmó que si el proceso se confirma, debe valer contra los otros gobiernos de la federación que realizaron maniobras similares.