Los refugiados costarán 21.000 millones a Alemania en 2015

Hasta ahora, el gobierno Merkel contaba con unos gastos de 10.000 millones de euros en 2015 y otros 5.000m millones en 2016, una cifra que ya había obligado a trastocar los presupuestos generales y que queda ahora obsoleta. La única posibilidad de mantener bajo control esas cifras, según propone el Instituto IFO, es eliminar o establecer excepciones a la aplicación del salario mínimo de 8,5 euros por hora trabajada, ya que el 40% de las empresas encuestadas apuntan que ese es el principal obstáculo para la contratación de refugiados . Este porcentaje se eleva hasta el 60% en los Länder orientales.

Los gastos de alojamiento supondrán otra gran partida del presupuesto. Alemania necesita hasta finales de diciembre 370.000 plazas más para dar acogida a los recién llegados , según un estudio de la consultoría Ernst & Young, de forma que uno de cada tres municipios se ven en la necesidad de construir viviendas sociales para poder cumplir con la cuota de acogida asignada. El 35% de los ayuntamientos tendrá que hacer recortes en otros gastos y un 31% aplazará proyectos de inversión. Un 25% contraerá nuevas deudas para financiar la operación acogida.

Evitar que estas cifras sigan multiplicándose, el Gobierno alemán está estudiando restricciones automáticas al derecho de reagrupación familiar de cientos de miles de refugiados, incluidos los sirios que ya se encuentran en este país. «En estas condiciones no podrá haber reagrupación familiar» , ha reconocido Steffen Seibert, el portavoz de gobierno.

Hay miembros del gobierno partidarios de ir mucho más allá con las restricciones, como el ministro del Interior, Thomas de Maizière , que ha propuesto abiertamente dejar de otorgar asilo automático a todos los sirios, recortar en algunos casos el permiso de estadía de tres años a uno y negar por completo el derecho a la reagrupación familiar.

El ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha apoyado estas propuestas, dejando a la canciller Merkel, a pesar del acuerdo de la gran coalición, cada día más sola con su política de refugiados.