Diretor del Organismo Internacional de la Energía Atómica
Rafael Grossi: «El programa nuclear iraní ha tomado una dimensión que puede ser desestabilizadora»
En una entrevista con ABC, el director del OIEA hace un llamamiento a EE.UU. e Irán para que renegocien un acuerdo que permita continuar con el trabajo de los inspectores
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Iniciar sesión«El tiempo corre. Cada día y cada minuto que pasa cuenta». Son palabras de Rafael Grossi (Buenos Aires, 1971), director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) que alerta a la comunidad internacional sobre la imperante necesidad de renegociar el ... acuerdo nuclear (JCPAO, en inglés) para rebajar la tensión entre Washington y Teherán devenida de la salida abrupta de Donald Trump del pacto suscrito por su antecesor Barack Obama en 2015 . Grossi atiende a ABC desde su despacho en Viena y habla de su reciente viaje a la república islámica, donde negoció ‘in extremis’ un acuerdo transitorio con el Gobierno iraní tras estos haber suspendido las inspecciones a sus intalaciones nucleares, de la postura de la Administración de Biden y de los desafíos a los que se enfrenta el mundo si no se llega a un entendimiento antes de que se agote el tiempo.
¿Renegociar el acuerdo nuclear es el principal reto que tiene usted al frente de la OIEA?
Indudablemente es uno de ellos. El trabajo del OIEA es múltiple y tiene una cantidad de prioridades. La que señala es la más importante en materia de no proliferación, lo que no implica que no existan otras preocupaciones como por ejemplo Corea del Norte. Por otra parte, el OIEA desarolla otras actividades vinculadas con la cooperación técnica, de carácter humanitario y, ahora, tenemos una actividad muy intensa con relación a la pandemia.
¿Con la pandemia?
Sí, estamos asistiendo directamente a más de 128 países con máquinas RT-PCR, derivadas de una tecnología nuclear, para el diagnóstico del Covid y nos encargamos de la formación y la capacitación del personal. Por otro lado, en cooperación con la FAO (el programa de Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura) tenemos un trabajo de detección de zoonosis utilizando técnología nuclear. Hemos lanzado un proyecto muy ambiocioso llamado ZODIAC, un programa que asistirá más de 300 laboratorios veterinarios en todo el mundo para la detección temprana de patógenos potencialmente zoonosis que puedan luego devenir en lo que nos sucedió.
EE.UU. ha reiterado que para sentarse a negociar el acuerdo Irán debe hacer un ‘parón nuclear’. Irán por el contrario, dice que se deben levantar las sanciones. ¿Quién debe dar el primer paso?
Esta pregunta muchos se la estarán formulando. Pero aquí tiene que haber más bien una actitud de que todos deben moverse al mismo tiempo. El OIEA ya está dando pasos porque durante los últimos meses hemos estado trabajando para mantener canales abiertos que permitan facilitar el proceso diplomático. Nosotros pensamos que en la medida de que existan acciones recíprocas y simultáneas el acuerdo va a poder reencaminarse. Plantearlo en términos de acción y reacción quizás no sea lo más apropiado.
¿Quién debe dar el primer paso? Pues aquí tiene que haber más bien una actitud de que todos deben moverse al mismo tiempo.
Hace un mes, Irán suspendió las inspecciones de los expertos del OIEA. ¿Han podido desde entonces acceder a las plantas?
Los esfuerzos de mi viaje a Teherán se dirigieron a alcanzar un acuerdo temporal de verificación que permitiera zanjar las limitaciones que Irán ha impuesto en el marco de la reducción progresiva de sus compromisos en materia nuclear dentro del JCPOA. Ellos ahora han limitado el acceso de nuestros inspectores a las instalaciones nucleares. Quisimos mantener un mínimo de presencia por parte del OIEA para que se pueda saber lo que allí está sucediendo porque el programa nuclear de Irán ha tomado una dimensión muy grande que puede resultar desestabilizadora de no contarse al menos con la presencia creíble de nuestros inspectores.
¿Cuáles son esas ‘actividades básicas’ permitidas que se encuentran enmarcadas dentro del acuerdo temporal de 90 días?
La actividad de inspección en el caso de Irán es multifacética. Ellos nos permiten desarrollar múltiples actividades y utilizar distintas tecnologías para llevarlas adelante. Al suspender unilateralmente el ‘protocolo adicional’, nos limita el acceso complementario a otras instalaciones que pueden no estar declaradas. Pero ahora, no nos dejan realizar otras actividades que nos permitían saber con mayor precisión que estaban haciendo los iraníes.
—Pero ¿han podido seguir realizando las inspecciones?
—Seguimos teniendo acceso a muchas de esas instalaciones, pero el acceso tiene un alcance menor. Eso hace que tengamos menos información. Lo que yo hice durante mi viaje fue negociar una especie de entendimiento ‘ad hoc’ en el que ellos permiten que una serie de cámaras sigan grabando y que los dispositivos para medir el flujo de gases o de materiales nucleares sigan registrando la actividad. Toda esa información, que para nosotros es muy importante, queda almacenada en Irán y ellos no la pueden tocar. Está bajo llave –enfatiza–. Pero esto es una negociación no una imposición. Un quid pro quo que tiene una duración de 90 días, si al final las partes involucradas no han alcanzado un acuerdo, Irán destruirá esa información. Si por el contrario existe un acuerdo, nos devuelve la información y volvemos a trabajar de manera conjunta.
Entonces no tienen acceso a la información en tiempo real.
No en este momento, pero sabemos que esta información está salvaguardada y la tendremos. Esto es muy importante porque cuando se reanude el esquema normal de inspecciones habremos tenido información de las actividades durante estos 90 días. Es decir, del uranio enriquecido y de las nuevas centrifugadoras. Entonces de volver al acuerdo hay que saber cuánto material hay en Irán, de qué tipo de equipamiento y tecnología se han dotado, etc.
¿Cuántos inspectores tienen en Irán?
El número de inspectores es una información confidencial. Pero le puedo decir que permanecen allá durante todo el año. Somos la única presencia internacional en el país.
La nueva Administración estadounidense y su presidente han dejado claro que ellos desean regresar al acuerdo
¿Cree que EE.UU. debe ser más claro de si quiere regresar al acuerdo o quiere negociar uno nuevo?
Yo creo que la nueva Administración estadounidense y su presidente han dejado claro que ellos desean regresar al acuerdo. Pero existe distintas interpretaciones sobre lo que es regresar al acuerdo: regresar linealmente de forma absolutamente idéntica a lo que era el acuerdo en 2015 o no renegociar otro acuerdo. Mi posición como director general es que en cualquier escenario habrá que hacer acciones adicionales porque la realidad es que desde el 2015 hasta ahora, y en particular desde 2018 cuando EE.UU. e Irán se distanciaron del acuerdo han pasado muchas cosas. Hay más material del que debería haber, hay más centrifugadoras, más actividad de investigación y desarrollo y trabajo en materia de uranio metálico que estaba prohibido. No es tan sencillo decir volvemos al acuerdo.
¿Qué beneficios puede aportar a Irán mantener su agresivo programa nuclear?
No veo dónde puede estar el beneficio ni para Irán ni para ningún otro país. La filosofía original del acuerdo fue la de reducciones unilaterales consentidas y como contraprestación una serie de beneficios sobre todo en el plano económico: las sanciones, las inversiones, el comercio. Es decir, sin poner palabras en boca de los iraníes solo hace falta advertir cuál fue la razón inspiradora del acuerdo. Fue la voluntad del Gobierno iraní de integrarse económicamente porque tenía una situación de aislamiento bastante grande.
Irán ha criticado al E3 (Francia, Reino Unido y Alemania) por su falta de acción para salvaguardar el pacto. ¿Qué opinión le merece la postura de los europeos?
Me consta, porque los veo actuar, que están involucrados en estas consultas, en esta fase pre-negociadora.
¿A qué se enfrenta el mundo si no se llega a un acuerdo?
Irán no tendría ningún tipo de compromiso o limitación específica en su programa nuclear. Hay muchos países que han anunciado ya lo que harían si ellos perciben a Irán avanzando de modo incontrolado en su programa nuclear.
En su reciente viaje a Teherán pudo quedarse con alguna impresión de la tensión social o económica tras la implementación de EE.UU. de sanciones?
Es muy palpable que hay una enorme preocupación por este acuerdo en el pueblo iraní. Lo que sucede en relación al programa nuclear, las negociaciones, las expectativas, tienen una dimensión onmipresente. Me refiero por ejemplo a la televisión farsi que hace constante referencia al acuerdo. También está lo que se refleja en el Parlamento iraní donde la mayoría está compuesta por fuerzas conservadoras que tienen una visión crítica con relación a lo que está sucediendo. El impacto económico afecta en un año electoral.
Con los contactos que ha tenido con el país persa, ¿ha podido ver quién manda en realidad en el régimen de los ayatolás?
Nosotros nos relacionamos solo con el gobierno, con el presidente Rohaní y con el ministro de Exteriores. Es muy interesante advertir que el vicepresidente de la república islámica es el presidente de la agencia nuclear iraní. Esto ya da una cantidad de señales. Nosotros trabajamos con ellos. Yo no negocio con el Líder Supremo ni él tampoco negociaría conmigo.
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