Crispación máxima en las horas previas a las elecciones presidenciales de Rusia
La Alcaldía de Moscú permite una manifestación opositora el lunes, como válvula de escape
rafael m. mañueco
La autorización por parte del Ayuntamiento de Moscú de una concentración opositora para el lunes, el día después de los comicios presidenciales , vino a apaciguar los ánimos en la penúltima jornada de campaña. La crispación llegó el miércoles a su punto ... máximo después de que el primer ministro, Vladímir Putin , el favorito de las encuestas , acusase a la oposición de estar propiciando «maniobras» que permitan acusar al poder de fraude electoral. Putin manifestó también que sus adversarios pretenden «cargarse» a alguno de sus líderes para echar después la culpa a las autoridades.
Las palabras del jefe del Gobierno ruso fueron ayer duramente criticadas por el multimillonario Mijaíl Prójorov , el único candidato que concurre a los comicios como independiente. «En la actual situación de tensión política el poder no puede agravar aún más las cosas con afirmaciones aseverando que quieren cargarse a alguien», alertó Prójorov en su página de Facebook.
Según su opinión, «las autoridades deben recordar que, según la Constitución, son ellas y no la oposición las que tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad de la ciudadanía.
El periodista, Serguéi Parjómenko , por su parte, uno de los creadores de la llamada Liga de Votantes , estructura que se ha marcado como objetivo que los comicios sean limpios, ha instado a Putin a que demuestre que alguien se propone poner en marcha mecanismos que permitan denunciar falsificaciones.
«No habrá campamentos»
Así las cosas, el jueves continuó aumentando el ambiente de enfrentamiento. La oposición llevaba varios días sin éxito tratando de obtener autorización para llevar a cabo una manifestación el lunes. El miércoles se les impidió llevar a cabo un reparto de tiendas de campaña en la plaza Pushkin , destinadas a organizar una acampada en el centro de la ciudad, en el caso de que se confirme un nuevo pucherazo en las presidenciales del domingo.
El alcalde moscovita, Serguéi Sobianin , advirtió por la mañana que no permitirá que en la ciudad se instale un campamento como se hizo en la plaza del Maidán (Kíev) durante la Revolución Naranja de 2004.
«Les aseguro que aquí no habrá un Maidán. No permitiremos colocar tiendas de campaña en Moscú», dijo Sobianin. Sin embargo, varios líderes opositores, entre ellos Borís Nemtsov, Serguéi Udaltsov y el ex campeón de ajedrez, Gari Kaspárov , alertaron que sus partidarios saldrán a la calle el lunes con o sin autorización. El visto bueno a la concentración, que tendrá lugar en la plaza Pushkin, llegó a última hora de la tarde y contribuyó a calmar algo los ánimos.
El Ministerio de Interior prepara para la jornada electoral un dispositivo de seguridad reforzado (380.000 agentes por todo el país) para evitar incidentes durante las votaciones.
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