El periodista bielorruso detenido reaparece en un vídeo que según la oposición fue grabado bajo torturas

Llegó a tal conclusión tras observar el vídeo filmado por la Policía en el que el periodista dice estar bien y habla de cooperación con la investigación. Protasévich dice estar convencido de que su hijo no hablaba libremente, ya que «estaba asustado y muy preocupado». Según sus palabras, su hijo «podría tener la nariz rota y el lado izquierdo de su rostro mostraba manchas de maquillaje» en un intento de ocultar las lesiones.

A idéntica conclusión llegaron el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda , y su ministro de Exteriores, Gabrielius Landsbergis, tras contemplar el mismo vídeo. «Ha sido obtenido mediante torturas», estima Nauseda. Su asesora de política internacional, Aiste Skaisgiryte, cree que «la confesión del activista ha sido claramente forzada» . «Sabiendo cómo se consiguen la mayoría de confesiones, no nos creemos la versión oficial», declaró Skaisgiryte. No obstante, añadió, «el opositor está vivo y eso son buenas noticias».

También desde la oposición bielorrusa se denuncia que la grabación del vídeo en la que aparece el joven se llevó a cabo bajo coacciones. «Así es como Román se ve bajo presión física y moral. Solicito la inmediata puesta en libertad de Román y todos los prisioneros políticos», señaló a través de Twitter la líder opositora Svetlana Tijanovskaya, exiliada en Lituania.

En el vídeo, difundido el lunes, Protasévich asegura que se encuentra en la Prisión Número 1 de Minsk y niega que padezca problemas cardiacos. Explicó que está siendo tratado «conforme a la ley, está cooperando con la investigación y quiere hacer más confesiones». A Protasévich se le ve con aparentes magulladuras en el rostro.

En cuanto a su novia, Sofía Sapega , de 23 años y nacionalidad rusa, el Ministerio de Exteriores ruso ha anunciado que se encuentra detenida porque «es sospechosa de haber cometido varios delitos». La joven, según la Cancillería rusa, «ha sido confinada en un centro de detención preventivo» de Minsk. La fuente diplomática rusa asegura que Sapega «es sospechosa de haber cometido delitos entre agosto a septiembre del año pasado que afectan a varios artículos del Código Penal de Bielorrusia», aunque no especifica cuáles exactamente. Su madre señala que durante el periodo en cuestión hubo grandes protestas en Bielorrusia, pero ella estaba en Lituania en ese momento.

Por ahora, según reconoce el Ministerio de Exteriores ruso, a Sapega no han podido tener acceso ni el cónsul ruso en Minsk ni su abogado.

De nada están sirviendo los esfuerzos del Consejo de Derechos Humanos de Rusia, que ha instado a la liberación inmediata de Sapega, como tampoco los de su madre, que se ha dirigido al presidente ruso, Vladímir Putin , solicitando ayuda para lograr la liberación de su hija.

Mientras tanto, las autoridades bielorrusas se aferran a que actuaron correctamente «recomendando» al avión de Ryanair aterrizar , ya que habían detectado una alarma de bomba a bordo. El Ministerio de Transporte de Bielorrusia publicó ayer un fragmento de la conversación en inglés entre la torre de control de Minsk y la tripulación del avión de Ryanair. «Poseemos información de los servicios especiales que señalan que hay una bomba a bordo y que podría activarse sobre Vilna», reza uno de los fragmentos. Sin embargo, la parte bielorrusa insiste en que no se trababa más que de una «recomendación».

Se da la circunstancia de que la Fuerza Aérea de Bielorrusia recurrió a un avión de combate Mig-29 para forzar el aterrizaje en Minsk, pero ahora las autoridades militares aseguran que nadie obligó al aparato de la línea irlandesa a modificar la ruta. «Fue la tripulación la que tomó tal decisión sin injerencias externas y lo mismo podría haber aterrizado en Lituania que en Polonia o en Ucrania».

El Ministerio de Transportes bielorruso afirmó haber invitado a expertos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), así como a representantes de Estados Unidos y la Unión Europea , a esclarecer unos hechos que están más que claros. El objetivo del operativo no era otro que detener a Protasévich.