Obama visita hoy zonas devastadas y Romney retoma los mítines

Obama explotó su condición de responsable último de las labores de protección civil con una rápida salida a trescientos metros de la Casa Blanca, donde Cruz Roja tiene su sede. Allí declaró ante las cámaras de televisión que «la tormenta aún no ha terminado».

Una velada andanada contra Romney: mientras el candidato demócrata ha anulado también este miércoles sus mítines políticos en Ohio, el republicano tiene previsto retomar la normalidad de la campaña con varios actos en Florida.

En el fondo, en la tregua electoral casi todo es apariencia. Mientras Obama se instaló en la Casa Blanca, coordinando a los gobernadores y alcaldes –demócratas y republicanos– de los estados más afectados, con los que este martes habló de nuevo en vídeo-conferencia, Bill Clinton y Joe Biden siguieron de campaña.

Por su parte, Romney cambió el nombre de un acto, y en lugar de tildarlo de mitin, pasó a considerarlo «acto de ayuda en la tormenta». El presidenciable solo habló cinco minutos y dedicó el resto del tiempo a ayudar a voluntarios a meter comida en cajas, pero toda la iconografía del acto fue como la del resto de sus mítines.

Durante su visita de este miércoles al epicentro de los efectos del huracán, en las zonas costeras de Nueva Jersey, Obama estará acompañado del gobernador del estado, el republicano Chist Christie. Éste ha elogiado la labor del presidente en esta hora de necesidad, en un tono que otros republicanos han considerado excesivo a tan pocos días de las elecciones, a pesar de la buena sintonía que Christie mantiene con Romney, quien pensó en él como posible compañero de tícket electoral.

Ambos equipos de campaña confían en volver a la plena normalidad el jueves, para un estirón final de cinco días. De momento, la anomalía del huracán está siendo de más fácil gestión para Obama, a quien le basta actuar como presidente, mientras que Romney tiene dificultades para modular su actuación y mensaje. Obama, con apariciones en televisión aseguradas, no está perdiendo ningún día, al tiempo que su rival está condenado a quedar más bien al margen durante esta situación de emergencia.