Deng, esposa y guardaespaldas

«Murdoch tenía cara de asombro y estaba rojo del golpe», explica Miller. Pero el rostro del agresor, un activista de UK Uncut —grupo contrario a los recortes del gobierno— era un poema cuando salió de la pequeña sala de comisión, esposado, y con la cara llena de espuma también, mientras un «bobby» se la limpiaba con un pañuelo.

En cuestión de segundos, la esposa de Murdoch, Wendi Deng, sentada justo detrás de él con falda corta y chaqueta rosa, se abalanzó sobre el agresor. «Le pegó 4 ó 5 veces» , cuenta Miller. Se cayó al suelo, pero se levantó y volvió a caer sobre el activista. Todo esto antes de que dos policías apresaran al agresor. «¿Habéis visto cómo le he pegado?», comentó Deng al grupo de allegados de los Murdoch, según nos cuenta Jeff Reed, un cineasta presente en la sala. Los diputados prosiguieron con su interrogatorio a los Murdoch. Pero una mujer nacida en China hace 42 años les había robado los titulares.

Deng llegó a California con 19 años para aprender inglés. Se casó —después de ser su amante— con el hombre del matrimonio que le ayudó a viajar a EE.UU. Pero se separaron cuando Deng consiguió la residencia. En 1996, tras terminar sus estudios en Yale, entró como becaria en Hong Kong en Star TV, el gigante televisivo propiedad de News Corp. en Asia. Dos años más tarde aparece ya como intérprete del presidente de la compañía, que en 1999 se divorciaría de su segunda mujer y madre de James, Anna —tras más de 30 años de matrimonio—, para casarse con esta mujer casi 40 años más joven que él .

Deng ha ocupado varios puestos de responsabilidad en las sociedades asiáticas de News Corporation. Y más allá de los comentarios racistas y sexistas que siguieron a su increíble reacción en defensa de su marido octogenario, ayer demostró varias cosas. Un profundo sentido protector hacia su marido, qué duda cabe. Pero también que los Murdoch se defienden a golpes cuando se ven atacados. Ningún imperio se ha levantado con buenos modales. Veremos si las escuchan hunden el de los Murdoch. O no.