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Más de 500 menores venezolanos llegan solos a Brasil buscando ayuda humanitaria

Según las autoridades locales el número puede ser aún mayor, pues algunos cruzan la frontera sin ser entrevistados

Un menor venezolano, en un albergue en Boavista, Roraima.
Verónica Goyzueta

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Más de 500 menores, niños y niñas venezolanos de hasta 17 años, han huido de su país y cruzado solos la frontera brasileña, al estado de Roraima, con la esperanza de encontrar ayuda humanitaria en el país vecino. Las autoridades locales, sin embargo, no están prestando protección adecuada a estos inmigrantes, casi el 90% de ellos adolescentes.

Según datos de la Defensoría Pública brasileña, al menos 529 menores venezolanos atravesaron la frontera sin sus padres, entre el 1° de mayo y el 21 de noviembre de este año. Algunos llegaron a Brasil con un adulto que no era familiar ni tutor legal, y según las autoridades locales, puede ser una cantidad mayor, pues algunos cruzan al país sin ser entrevistados.

«La emergencia humanitaria está haciendo que niños y niñas abandonen solos Venezuela, en muchos casos para conseguir comida o recibir atención médica», explicó César Muñoz , investigador sénior de la ONG internacional Human Rights Watch (HRW), en Brasil. «Si bien las autoridades brasileñas están haciendo un enorme esfuerzo para acoger a los cientos de venezolanos que cruzan hacia Brasil a diario, no brindan a estos niños y niñas que llegan solos la protección urgente que necesitan», explica.

En un informe, HRW registra que algunos de estos menores acaban viviendo en las calles Boa Vista, capital de Roraima, o de Pacaraima, en la frontera, expuestos a una alta vulnerabilidad, que va desde abusos a ser reclutados por pandillas criminales. Sin un tutor legal, estos niños no pueden inscribirse en la escuela ni recibir atención médica del estado brasileño.

En octubre, Jesús Alisandro Sarmerón Pérez , un venezolano de 16 años que había llegado en junio, fue hallado dentro de una bolsa de plástico, estrangulado y con marcas de tortura, en una calle cercana al albergue de la ONU en Boa Vista, donde vivía.

Inicialmente, estos menores recibieron los servicios de protección infantil del estado de Roraima, conocidos como consejos tutelares, que los asignaban a albergues estatales, con capacidad para alojar hasta 15 niños y 13 niñas adolescentes, lo que les aseguraba una tutela pública, con acceso a escuela, sanidad y documentos.

Pero estos locales se han desbordado, por lo que las autoridades de Boa Vista y Pacaraima han solicitado autorización judicial y el apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en sus albergues creados para recibir familias con hijos, pero no totalmente adecuados para niños solos.

Según HRW, UNICEF prevé abrir dos hogares transitorios para 10 niños y niñas no acompañados cada uno en diciembre, así como proporcionar fondos para su funcionamiento durante los seis primeros meses, conforme a un acuerdo suscrito con autoridades federales y del estado de Roraima, pero aguarda el apoyo de las autoridades brasileñas.

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