Los tuareg vuelven al ataque en Malí

Cientos de guerrilleros sirvieron a Gadafi y, de regreso a su país, se mueven en una región en la que opera también Al Qaida

luis de vega

Un grupo de tuaregs ha atacado este lunes al Ejército en la ciudad de Menaka, en el norte de Malí, sin que hasta el momento haya un balance oficial de víctimas. No se producían enfrentamientos entre ambos desde 2009. La operación ha sido repelida, según ... declaró a la agencia Reuters un portavoz militar, el coronel Idrissa Traoré, que desmintió rumores de que los atacantes hubieran tomado instalaciones militares.

A lo largo del martes la situación se ha calmado después de que las posiciones rebeldes fueran bombardeadas por un helicóptero del Ejército, según la agencia France Presse, que añade que cuatro tuarges han sido detenidos en Menaka, cerca de la frontera con Níger. "Tenemos la ciudad bajo control y hay refuerzos de camino a Menaka", dijo a esta agencia una fuente militar.

Se trata de los primeros choques entre militares y guerrilleros desde el regreso en 2011 a Malí de cientos de tuaregs que servían al dictador Muamar Gadafi en Libia. Su vuelta se habría llevado a cabo en muchos casos acompañada de armas y munición con la que se teme que pueda recrudecerse el conflicto entre las autoridades de Bamako y los rebeldes tuareg que operan en el inhóspito norte del país. No todos aceptan seguir el proceso de paz abierto por el presidente Amadou Toumani Touré.

Hay tribus tuaregs instaladas en distintos países de la región como Libia, Argelia, Burkina Fasso, Malí o Níger. Es en estos dos últimos en los que han protagonizado rebeliones contra el poder establecido y en más de una ocasión han sido acusados de aliarse con terroristas y delincuentes de todo tipo. La inmensidad desértica de la región del norte de Malí es también en escenario en el que se mueven células de Al Qaida del Magreb Islámico (AQMI) así como bandas de traficantes de armas, droga, tabaco y hasta emigrantes clandestinos.

El presidente Touré tiene como uno de sus objetivos alcanzar la paz definitiva con los tuaregs, que se sienten ninguneados por el poder central de Bamako y siguen exigiendo reconocimiento a su cultura y su lengua. Algunos van más allá arbolando exigencias independentistas.

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