La amenaza terrorista dificulta la atención de la ONU a los refugiados malíes

Ese riesgo de secuestro llega por parte de la banda Al Qaida del Magreb Islámico (AQMI) y otros grupos yihadistas que se mueven entre las porosas fronteras que separan unos países de otros en esta zona del Sahel.

«Las alertas de seguridad son frecuentes, lo que limita el acceso a los campos y reduce nuestra capacidad para prestar asistencia a los refugiados», añade el texto en referencia a la población que ha escapado a países vecinos como Mauritania, Burkina Faso o Níger . Dentro del propio Malí el acceso a las tres provincias del norte, bajo control de varios grupos armados desde hace varios meses, es más complicado todavía.

En Burkina Faso se trata de acomodar a los refugiados en campamentos que se hallan en zonas más seguras . En Níger además de la inseguridad, perocupa el hecho de que por falta de infraestructuras, no ha podidom todavía comenzar el curso escolar para los refugiados. ACNUR «teme que al no estar escolarizados, niños y adolescentes puedan regresar a Malí para seguir estudiando, donde existe el riesgo de reclutamiento forzoso por parte de varios grupos armados ».

El Alto Comisonado para los Refugiados ha comprobado además que el número de desplazados dentro de Malí es superior a lo estimado con anterioridad . «Al menos 203.845 personas están desplazadas actualmente en el interior del país. Anteriormente, la estimación era de 118.795 personas». A esto hay que sumar que los refugiados en la región ascienden casi 210.000.

Mientras, la comunidad internacional sigue debatiendo la posibilidad de desplegar una misión militar internacional que ayude al Ejército malí a recuperar el control en ese territorio superior en extensión a España.

La oficina de la ONU para asuntos humanitarios, OCHA, ha estimado desde Níger que en caso de que haya intervención militar el número de refugiados se incrementaría en 55.000 personas que se sumarían a las 62.000 actuales, informa France Presse.