Traoré toma posesión como presidente de un Malí «en guerra»

De esta forma, se dulcifica la crisis política en Bamako, la capital, pero no se aclara para nada el futuro del conflicto abierto en el norte . Sin muchas contemplaciones Traoré ha decidido plantar cara en forma de «guerra total e implacable» a los tuaregs y yihadistas que se han hecho fuertes en esa inhóspita región del país, que ha quedado prácticamente dividido en dos. En todo caso, les ha pedido que «se retiren pacíficamente de las ciudades que han ocupado».

Junto al nuevo presidente se encontraba en su investidura y vestido de uniforme militar el capitán Amadu Sanogo, líder de la asonada y jefe de la Junta Militar que con el golpe no ha hecho más que empeorar la situación del país y aislarlo más en la escena internacional. El juramento también lo escucharon miembros de las distintas instituciones, partidos políticos y de la sociedad civil. Traoré juró mantener la república y «la integridad territorial de Malí» , en un claro mensaje a los tuaregs secesionistas.

Traoré, matemático, sindicalista y político de 70 años , era hasta ahora presidente de la Asamblea Nacional. Este políglota -habla español, francés, inglés, ruso y varias lenguas africanas- tiene la complicadísima tarea de hacer regresar al país africano a la senda de la paz.

Malí no está oficialmente en guerra. Pero sí lo está de facto , como reconoce Traoré. La rebelión tuareg renació con fuerza a mediados de enero en el norte, impulsada por el regreso de hombres que estuvieron al servicio de Muamr Gadafi en Libia y por el nacimiento del Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA). Junto a los tuaregs también ha tomado fuerza Ansar Dine, un movimiento salafista vinculado a Al Qaida del Magreb Islámico (AQMI).

Unos y otros han combatido al débil Ejército malí, al que han expulsado de las tres provincias norteñas. Los tuaregs han declarado la independencia del que consideran su territorio, Azawad, y Ansar Dine trata de imponer la «sharía» (ley islámica).

No parece que con los medios militares y policiales con los que disponen en la actualidad las autoridades Malí vayan a ser capaces de afrontar la situación en el norte. El apoyo exterior, especialmente de Francia y estados Unidos , ha quedado congelado tras el alzamiento del 22 de marzo. Los combates que se desarrollan en las provincias de Tombuctú, Gao y Kidal desde enero han dejado clara la inferioridad de los militares frente a los tuaregs y los yihadistas.