Madres de los desaparecidos en Turquía llevan 400 semanas pidiendo justicia
Las «Madres de los Sábados» se reúnen cada semana en Estambul para exigir responsabilidades por las víctimas de la «guerra sucia»
daniel iriarte
Está claro que Hüseyin Ocak ha contado su historia decenas, si no cientos de veces, ante abogados, fiscales y periodistas: conoce al dedillo las fechas exactas, las cifras, los hechos. Pero su voz todavía tiembla al rememorar el momento en el que encontraron ... el cadáver de su hermano Hasan , presuntamente muerto en custodia policial en Turquía.
«Le arrestaron el 21 de marzo de 1995 . Era socialista, revolucionario, apoyaba a las víctimas de la matanza de Gaziosmanpasa» , cuenta a ABC. Unas semanas antes, un grupo de pistoleros -presumiblemente ultranacionalistas vinculados a las fuerzas de seguridad- había abierto fuego contra varios cafés y restaurantes en este barrio de Estambu l de población aleví, matando a siete personas e hiriendo gravemente a otras veinte.
El crimen, de probable motivación política, nunca fue debidamente investigado. Al día siguiente, cientos de manifestantes que pedían justicia fueron tiroteados por la Policía, provocando otros quince muertos y decenas de heridos. Uno de tantos episodios en la oscura historia de los «años de plomo» turcos.
La familia de Hasan Ocak nunca volvió a verle con vida. «Decenas de testigos nos dijeron que lo habían visto bajo custodia. Se nos dijo, de forma informal, que había sido brutalmente torturado, y que nos permitirían verlo cuando sanasen sus heridas», relata su hermano. Jamás ocurrió. Tras semanas de protestas, de visitar hospitales, comisarías y tanatorios en busca de una pista, Hüseyin encontró la foto de un cadáver encontrado en el barrio de Beykoz que parecía su hermano, que había sido e nterrado en una tumba sin nombre. Tras cotejar las huellas dactilares, confirmaron sus temores. El muerto era Hasan.
La historia de la familia Ocak es la de miles en Turquía, especialmente durante los años noventa. Por ello, desde mayo de 1995, parientes de los desaparecidos y sus simpatizantes se manifiestan cada sábado con fotos y flores para exigir responsabilidades por estos hechos. Un encuentro que esta semana ha cumplido su semana número 400, sin que la Justicia haya investigado la mayoría de los casos.
En septiembre, la organización de derechos humanos Human Rights Watch emitió un informe en el que evaluaba la cuestión de la impunidad por los asesinatos extrajudiciales de militantes kurdos o izquierdistas, que esta ONG cifra en varios miles.
Esta sigue siendo una de las heridas sangrantes de la Turquía contemporánea, dada, además, la cercanía de los hechos (la mayoría se produjeron en los años 90, durante los peores años de la lucha contra la insurgencia del PKK).
Incólumes
«Las viejas leyes que constriñen las investigaciones de abusos serios de derechos humanos en Turquía han permitido a las fuerzas de seguridad y funcionarios públicos salir incólumes de torturas y asesinatos», dice Emma Sinclair-Webb, investigadora de HRW en Turquía.
Combatir dicha impunidad es, pues, el principal objetivo del movimiento del que forma parte Hüseyin. «Al principio éramos unas treinta personas. A partir de la semana 170, la Policía empezó a cargar contra nosotros . A veces nos encerraban en un autobús policial y tiraban gas lacrimógeno dentro, otras veces lanzaban los furgones contra nosotros, para atropellarnos», cuenta. «Cada vez que uno de nuestros parientes venía a la plaza de Taksim, era hostigado regularmente por la Policía», asegura.
Durante otras treinta semanas, las «Madres de los Sábados» (un grupo que, obviamente, a pesar del nombre no incluye solamente a mujeres) decidieron resistir, pero en cada ocasión se producían arrestos. Por ello, decidieron interrumpir estos encuentros. «Durante diez años no pudimos sentarnos aquí», explica este hombre.
Ahora piden el paradero de los desaparecidos y justicia para los culpables
Sin embargo, en 2009, al calor de la investigación judicial contra el golpismo, conocida genéricamente como «caso Ergenekon» , en el que comenzó a juzgarse a diversos responsables de las ejecuciones extrajudiciales, las «Madres de los Sábados» regresaron a la plaza.
«Cuando comenzamos a manifestarnos en 1995, desaparecían 250 personas al año. Cuando paramos, en 1999, ese número se había reducido a nueve. Ahora ya no hay desapariciones ni muertes en custodia policial», asegura Hüseyin.
No obstante, las otras dos grandes demandas del movimiento –que se revele el paradero de los desaparecidos, y que se lleve ante la Justicia a los responsables- sigue sin cumplirse en la mayoría de los casos. Mientras eso no ocurra, las «Madres de los Sábados» parecen dispuestas a seguir protestando.
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