Kiev, centro de gravedad de la guerra de Putin
El cerco a la capital ucraniana sigue, quizás deliberadamente, sin completarse, tal vez para oxigenar algo a sus defensores
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En el actual ciclo de operaciones, el Ejército ruso del Sur debería consolidar su dominio sobre el bajo Dniéper (entre su desembocadura en el mar Negro y Zaporiyia). Asimismo, resolver la resistencia de Mycolaiv y remover definitivamente el obstáculo de Mariúpol acortando ... así, en gran medida, la larga cola logística que lo apoya.
En el norte de la zona de acción, continuará la presión y el cerco de Járkov . Hasta su caída, la línea Járkov―codo del Dniéper ― Jersón , objetivo terrestre en este ciclo, no podrá darse por consolidada.
Queda por desarrollar el futuro de Kiev cuyo cerco sigue, quizás deliberadamente, sin completarse, tal vez para oxigenar algo a sus defensores. Si como afirma Leon Aron «la tradición nacional rusa no perdona los reveses militares», la ecuación a resolver por Putin es cómo ganar su guerra, sin abandonar la posibilidad de una salida negociada y satisfactoria para sus intereses.
Putin necesita, al otro lado de la mesa, un negociador. Ya lo tiene en el Gobierno ucraniano; la reunión Lavrov-Kuleba , hoy, en Antalya (Turquía) lo confirma. Necesita también calibrar el esfuerzo operativo a aplicar para asumir un combate urbano en toda la capital, que conlleva una previsión muy alta de bajas propias. Y necesita, asimismo, resolver su duda sobre las potenciales e indeseables consecuencias domésticas de asolar Kiev, al embestir la cuna de la propia Rusia. ¿O es que acaso podría Putin permitirse ganar la guerra, para luego perder la paz?
Pedro Pitarch , general (R), es exjefe de la Fuerza Terrestre de España
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