La radiactividad de Fukushima, mayor de lo previsto por un brecha en el reactor 3
Las autoridades suspenden los trabajos para enfriar los núcleos porque la radiación en el agua que hirió a dos trabajadores es 10.000 veces superior a lo normal
PABLO M. DÍEZ
Ni siquiera el agua nieve que cae sobre la ciudad de Fukushima puede calmar las entrañas de su siniestrada central nuclear. La radiactividad que emana de la planta número 1 podría ser mayor de lo inicialmente previsto por una supuesta brecha en el ... reactor tres, el más peligroso de los seis que tiene al almacenar no sólo uranio, sino también plutonio. Eso es lo que sospechan las autoridades después de que dos trabajadores resultaran heridos el miércoles al meter las piernas en agua contaminada por la radiación.
Según explicó el portavoz de la Agencia de Seguridad Industrial y Nuclear, Hidehiko Nishiyama, “es posible que haya algún daño en el reactor porque el agua tenía 10.000 veces más radiactividad de la que hay cuando funciona normalmente”. El pasado 14 de marzo, el reactor tres sufrió una explosión de hidrógeno que rompió la vasija de contención exterior del núcleo, del que ahora podrían estar saliendo las radiaciones. Otra posibilidad es que la fuga esté localizada en las tuberías o en los respiraderos, que también van a ser analizados.
Con el propósito de medir la radiactividad tras este descubrimiento, las autoridades detuvieron los trabajos que llevan a cabo más de 700 ingenieros para conectar el sistema eléctrico de refrigeración de los reactores. Auténticos kamikazes que se están exponiendo a altas dosis de radiación, estos operarios luchan a contrarreloj por controlar los reactores y en los últimos días han logrado avances al impedir más explosiones, estabilizarlos y tender los cables eléctricos. Ahora sólo falta que la electricidad funcione y pueda enfriar los núcleos.
Dificultades en el reparto de suministros
Pero este nuevo incidente supone un contratiempo a los recientes progresos, ya que vuelve a disparar la alarma sobre las fugas radiactivas de Fukushima. El Gobierno japonés ha evacuado a más de 200.000 personas en un radio de 20 kilómetros alrededor de la central y ha ordenado que todos los residencias en 30 kilómetros a la redonda permanezcan encerrados en sus casas y con las ventanas selladas.
“La situación en la central nuclear de Fukushima 1 es todavía muy seria . Debemos permanecer vigilantes”, advirtió con un tono sombrío el primer ministro, Naoto Kan, quien dejó claro que “no estamos en situación de ser optimistas y debemos tener el mayor de los cuidados”.
Mientras los técnicos comprobaban los verdaderos daños del reactor, el portavoz del Ejecutivo, Yukio Edano, dio un consejo a los más de 130.000 vecinos que residen en los alrededores de la central: que se marchen lo antes posible de forma ordenada . Pero insistió en que no era por el riesgo de radiactividad, que ya ha aparecido en el agua, leche y verduras de Fukushima y otras prefecturas limítrofes, sino por las dificultades logísticas en el reparto de suministros.
La cifra de muertos supera los 10.000
Con la mayoría de restaurantes y comercios cerrados a cal y canto, dichas carencias saltan a la visita en Fukushima , una ciudad fantasma donde apenas hay un alma por las calles. Y eso que los autobuses que bajan desde Sendai, una de las ciudades más afectadas por el tsunami, salen llenos cada media hora. Procedente de Aomori, en uno de ellos viajaba Shino Kamakura, una universitaria recién licenciada que venía a recoger sus pertenencias antes de incorporarse a su primer trabajo. “Estaré poco tiempo porque tengo miedo de la radiación y los terremotos” , explicaba poco antes de que una nueva réplica sacudiera con fuerza el noreste del país.
Dos semanas después de la mayor catástrofe que ha golpeado a Japón desde la Segunda Guerra Mundial, la cifra de muertos por el terremoto y el tsunami del fatídico 11-M nipón ha superado ya los 10.000, mientras que los desaparecidos rebasan los 17.400. Cientos de miles de damnificados esperan la reconstrucción refugiados en escuelas y gimnasios. Unas 660.000 casas siguen sin agua y todavía hay 209.000 viviendas que carecen de agua corriente. El imperio del Sol Naciente continúa luchando contra su ocaso.
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