Japón y China se disputan su particular «Perejil»
Disparando la tensión diplomática, ultranacionalistas nipones desembarcan en unas islas reclamadas por Tokio y Pekín que fueron ocupadas esta semana por activistas chinos
pablo m. díez
Aumenta la tensión entre China y Japón por la disputa de unas islas que ambos países reclaman, una especie de “Perejil” oriental que, como ocurrió con España y Marruecos, amenaza con enturbiar sus relaciones diplomáticas. Dos días después de que Tokio deportara a ... 14 activistas prochinos que habían desembarcado sin permiso en el archipiélago Diaoyu (Senkaku en japonés), este domingo ha hecho lo propio un grupo nipón ultranacionalista.
Una docena de miembros del colectivo “Gambare Nippon” (“Resiste Japón”) pusieron pie en la mayor de sus islas, Uotsurijima, el mismo lugar que días antes había sido ocupado por activistas chinos de Hong Kong y Macao. Como respuesta contra su acción, izaron banderas japonesas para reivindicar su soberanía. Tras permanecer en tierra unas cinco horas, abandonaron la isla y se unieron a la flotilla de 20 barcos a bordo de los cuales viajaban unos 150 activistas, entre los que destacaban ocho diputados nipones. Uno de ellos, el político tokiota Eiji Kosaka, aseguró a la agencia France Presse que dichas islas “son sin duda territorio japonés. En la montaña hemos encontrado casas de estilo nipón con despensas para secar el pescado”. Tras calificar la expedición de “gran éxito”, criticó al Gobierno japonés porque “no está haciendo nada por estas islas”, que al parecer son ricas en yacimientos submarinos de gas.
Aunque los guardacostas nipones habían advertido a los activistas de que no desembarcaran e incluso abordaron algunos de sus barcos, no llevaron a cabo ninguna detención.
Este último capítulo de provocaciones confirma el deterioro de las relaciones entre China y Japón, que se han lanzado a una escalada de la tensión diplomática justo cuando se acaba de conmemorar el 67 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. Con motivo de dicha efeméride, dos ministros del Ejecutivo nipón visitaron el miércoles el controvertido santuario sintoísta de Yasukuni, donde se honran las almas de 2,5 millones de soldados caídos en acto de servicio, entre ellos varios criminales de guerra ajusticiados por los Aliados al término de la contienda. Una peregrinación que supone una grave ofensa para los países asiáticos que más sufrieron la ocupación imperial de Japón, como China o Corea, donde se calcula que perecieron entre 20 y 30 millones de personas y 200.000 “mujeres del consuelo” fueron usadas como esclavas sexuales en los prostíbulos del Ejército nipón.
La presencia de los ministros japoneses en Yasukuni supone la reacción a la reciente visita que el presidente surcoreano, Lee Myung-bak, efectuó a otro islote cuya soberanía también es reclamada por Tokio.
Esta rivalidad nacionalista no sólo empaña las relaciones entre los tres países vecinos, importantes potencias de Asia cuyas economías son interdependientes, sino que está provocando divisiones internas en Japón. Según el periódico “Yomiuri Shimbun”, el embajador nipón en China, Uichiro Niwa, podría ser cesado por oponerse a un plan del gobernador de Tokio, el “halcón” ultranacionalista Shintaro Ishihara, para comprar dichas islas, que fue muy criticado por Pekín. A tenor del rotativo nipón, la destitución del embajador Niwa podría producirse en octubre, después de que el 29 de septiembre se cumplan 40 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Japón y China. Un aniversario que, como el del fin de la Segunda Guerra Mundial, supone una oportunidad más para el enfrentamiento que para la reconciliación.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete