Italia pierde seis soldados en un atentado suicida en Afganistán

Italia mantiene un contingente de 2.800 soldados en Afganistán, en la zona donde operan las tropas españolas. Con los seis de ayer, suma ya 20 bajas mortales. «Todos estamos convencidos de que lo mejor es salir cuanto antes» del país, declaró ayer desde Bruselas el primer ministro, Silvio Berlusconi, que recordó que su Gobierno tiene pensado retirar pronto a los 400 militares extra enviados para las recientes elecciones presidenciales. «Estamos ansiosos de traer a nuestros chicos a casa lo antes posible», explicó «Il Cavaliere», que matizó que una retirada no sería unilateral en ningún caso.

El atentado fue el mensaje de bienvenida de la insurgencia al final del recuento de votos. Con el 54,6 por ciento de los votos, Hamid Karzai es el vencedor provisional de unos comicios marcados por las denuncias de fraude. Horas antes del ataque, el mismo Karzai compareció ante los medios para mostrar su alegría por la victoria y negar que el fraude electoral haya sido «tan grande como han dicho los medios», en clara referencia al informe de la Unión Europea hecho público la víspera que elevaba a 1,5 millones el número de votos «sospechosos» en los comicios del pasado 20 de agosto.

Disyuntiva para la UE

El presidente provisional pidió respeto por la Comisión Electoral Independiente y la Comisión de Quejas, encargada de revisar las irregularidades, para que puedan trabajar «sin interferencias». De confirmarse la victoria de Karzai se plantea un dilema para los países de la UE que, tras unas semanas iniciales en las que mantuvieron un discurso positivo sobre las elecciones, a última hora decidieron poner en duda un mayor número de resultados que los de la propia Comisión de Quejas.

La explosión del coche bomba alcanzó a dos vehículos blindados de escolta del tipo Lince de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), similares a los que ahora usa España en Qala-i-Nao. El ministerio de Defensa italiano informó de que se trasladaban a sus bases cuando fueron sorprendidos por el kamikaze. Se trata del atentado más sangriento que sufren las tropas italianas en los cinco años de misión. A los afganos les gusta cada vez menos la idea de tener a las fuerzas internacionales dentro de las ciudades y piden a los mandos que sitúen las bases lejos de las poblaciones.