Hospitales de primera línea en el Donbass para una guerra que se cronifica
En el día 78 de la invasión perpetrada por las tropas del Kremlin, la guerra parece haberse cronificado en Ucrania y en las rutinas desgraciadas de los que permanecen en ella
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Iniciar sesiónA la misma hora en que Bova sale arrastrando la pierna izquierda para fumar otro cigarrillo en el porche del Hospital Clínico Municipal de Sloviansk , los rusos revientan muy cerca un depósito de nitrato de amonio, materia base de fertilizantes y de ... explosivos como la que en 2020 devastó el puerto de Beirut, en el Líbano, dejando entonces 218 muertos al estallar . El Ayuntamiento ucraniano urge de inmediato a la población por las redes a mantener la calma, pero también a meterse en casa y cerrar bien las ventanas al menos durante este día. Al trueno de la voladura ha seguido una nube imponente de humo negro y naranja. «Otra mañana fría y siniestra», resumiría luego desde su despacho a este diario el alcalde, Vadim Lyakh , que muestra una serenidad pasmosa. «La situación es segura, definitivamente está controlada», resuelve sobre la posibilidad o no de que el enemigo, que está ahí a las puertas, le invada la ciudad.
En esta parte del Donbass , tan cerca de la primera línea de combate que los golpes de la artillería pesada, los cohetes y los ataques aéreos son banda sonora de día y de noche, tan cerca están que los tienen casi encima, en este límite de Donetsk con Lugansk , los que están en la calle escuchan las detonaciones casi permanentes, obsesivas, y ni se inmutan. Tampoco hay tantos, todo el mundo ha huido. Y para Bova, este bombardeo del nitrato de amonio y los otros que ha habido este miércoles, porque en Sloviansk también atacaron ayer otros dos barrios, es un bombardeo más y pasa tan inadvertido como el que el lunes le alcanzó a él en su pueblo de Liman, -a 29 kilómetros, asediado sin descanso y resistiendo desde la última semana de abril-, y le quebró la rótula. Le evacuó de allí estando él inconsciente el Ejército ucraniano y no tiene más noticias, porque está gravemente lisiado para volver y porque lo cierto es que a su aldea ya no se puede entrar. «Al menos necesito llevarme a mi familia de Limán, necesito decirles que estoy aquí, ellos no lo saben», explica sosteniendo el cuerpo magullado y la dignidad en las muletas descascarilladas que le han dado, con los pies descalzos, solo enfundados en unos patucos de plástico, sin zapatos que ponerse.
En el día 78 de la invasión perpetrada por las tropas del Kremlin, la guerra parece haberse cronificado en Ucrania y en las rutinas desgraciadas de los que permanecen en ella. La ofensiva rusa y la contraofensiva es tan activa, tan atronadora en el territorio donde se lucha, que cuánto no se estará sabiendo de lo que se destroza, se apresa, se mata o se muere sin testigos. Y la vida sigue.
Situación de la guerra
en Ucrania
Áreas controladas por los rusos
Ataques / contraataques
Ningún avión vuela
por el espacio aéreo
ucraniano salvo
los aparatos
rusos
Rusos
Despliegue ruso
Ucranianos
Movimiento tropas rusas
A
Blindados
Alarma aérea
Convoy
12 de mayo
RUSIA
BIELORRUSIA
Sumy
Chernígov
Chernóbil
Járkov
Krasmatorsk
Kiev
Yitomir
Rivne
UCRANIA
Lutsk
Dnipro
Zaporizhiye
Mariúpol
Leópolis
Vinistia
Melitopol
Ivano-Frankvisk
Mykolaiv
Jerson
MOLDAVIA
Odesa
Crimea
RUMANÍA
Zmeiniy
200 km
Mar Negro
Fuente: Elaboración propia / ABC
Situación de la guerra
en Ucrania
Áreas controladas por los rusos
Despliegue ruso
A
Alarma aérea
Blindados
Convoy
Ataques / contraataques
Rusos
Ucranianos
Movimiento tropas rusas
Ningún avión vuela por
el espacio aéreo ucraniano
salvo los aparatos rusos
12 de abril
RUSIA
BIELORRUSIA
Kiev
UCRANIA
MOLDAVIA
Crimea
200 km
Mar Negro
Zona ampliada
RUSIA
Sumy
Chernígov
Járkov
Krasmatorsk
Kiev
Dnipro
UCRANIA
Zaporizhiye
Mariúpol
Melitopol
Mykolaiv
Jerson
Odesa
Crimea
Zmeiniy
Mar Negro
200 km
Fuente: Elaboración propia / ABC
Apenas unos pocos civiles atrapados entre el fuego cruzado como Bova salen de escenarios bélicos como Limán y pueden contarlo, heridos en hospitales como este de Sloviansk, en el que han disfrazado las ambulancias de camuflaje con sprays de los de pintar grafitis o directamente manchándolas con barro para que puedan ir y venir al frente. El hombre, panadero de profesión, dice que en el pueblo, un pequeño nudo ferroviario de ladrillo rojo de unos 20.000 censados, quedarán «alrededor de 20 familias , todas escondidas en los sótanos, sin poder salir al menos hasta este 9 de mayo porque los bombardeos eran muy intensos». Aunque él lo hizo. Este sábado, de la desesperación cogió el coche aprovechando un instante de aparente tranquilidad y se fue «a verificar el camino, a ver si podía sacar y poner a seguro a mi mujer y a mis tres hijos. Me fui por la mañana, -narra- yo conducía muy rápido, además había niebla». Y la artillería le dio de cerca al vehículo. «Me choqué contra un muro de hormigón». Le rescataron los militares, le han operado. «Tengo todo lo necesario en el hospital, los médicos me han cuidado muy bien», asegura.
600 infraestructuras médicas dañadas
El Ministerio de Salud de Ucrania informó este miércoles de que 600 infraestructuras médicas del país han sido dañadas en el transcurso de esta contienda que se estanca, 450 de ellos farmacias , 101 «hospitales que quedaron completamente destruidos y no se pueden rehabilitar». Este de Sloviansk, por su proximidad con el campo de batalla se ha convertido prácticamente en un hospital de campaña, sacos terreros cubriendo los cristales, y disponibilidad para recibir hasta 40 heridos al día. Si lo que presentan es muy severo y se requiere asistencia muy cualificada, se activan los traslados. Las rutas de evacuación están perfectamente protocolizadas.
«Lo más urgente lo operamos aquí, si hay riesgo de vida. Después, si hay necesidad de transferir a la gente a otra región porque se requiere ayuda muy cualificada, los llevamos a Dnipro por ejemplo. También tenemos un departamento de traumatología preparado para todo, con recursos completos», explica sentado en su mesa de trabajo el jefe del Servicio de Cirugía, Arkadi Grushenko . Han estado desbordados otras veces y la guerra puede volver a ensañarse con los de su entorno en cualquier instante, ahora mismo. Pero recalca que hay de todo lo que necesitan.
«Es verdad que tenemos algunos problemas con la escasez de medicamentos homeostáticos, sí tenemos antibióticos, en cuanto a equipamiento, nuestro ultrasonido no es perfecto… necesitábamos uno portátil», describe el doctor, como si llevara toda la vida recibiendo lesionados de guerra. «Lo más horrible que vemos son fracturas, contusiones de extremidades, y daños en el estómago o en el pecho como un resultado de disparos o del impacto de trozos de vidrio», precisa. Ni hablar de abatimiento, de rabia, de desesperanza viendo aparecer a sus convecinos, hombres y mujeres sencillos con la cabeza abierta, la metralla incrustada en la carne, deja claro que él es un profesional facultativo que no se deja distraer. «Solo pienso en salvar vidas, -insiste- no tengo tiempo de hacer política».
Aseado y elemental, en el centro ejercen también médicos militares, caso de Marina, capitán de 34 años y natural de Debaltsevo, el estratégico enclave capturado por los de Moscú y los rebeldes separatistas en 2015 tras un enfrentamiento legendario con las fuerzas ucranianas. Ella es por tanto, una desplazada del conflicto del Donbass que ahora se ocupa de otros expulsados por el mismo choque armado, aunque en su versión 2022. «Todos mis parientes y amigos abandonan el territorio ocupado, ahora soy yo quien ayuda a otros que se tienen que marchar», indica. Nada de sobreactuación. «Actualmente no necesitamos ayuda, los doctores trabajamos, civiles y militares juntos, perfectamente. La situación está bajo control», añade.
En un pasillo del hospital de Sloviansk hay arrinconada una camilla de autopsias roída por el uso que da escalofríos. También una silla de ruedas a la que, a falta de un asiento mejor, le han encastrado en el armazón una de plástico blanco de esas que se ponen en las terrazas de verano. Así tiene que atender Ucrania a las víctimas de esta crisis que se normaliza como si fuera a quedarse para siempre.
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