La «macedonia» de izquierdas que trata de mantener a Grecia en la zona euro

En las elecciones de este mayo, Syriza consiguió convertirse en el segundo partido gracias a más de un millón de votos, alcanzando el 16,78 por ciento y 39 diputados. Todo ello a pesar de que Fótis Kuvélis, un antiguo comunista y pieza importante de la Coalición anterior, Synaspismos, había abandonado a los radicales en el 2010, junto con varios diputados más a los que se añadieron un grupo de diputados socialistas expulsados del Pasok por estar opuestos al programa de recortes.

Ahora Syriza encabeza todos los nuevos sondeos , presentándose como el partido vencedor, alcanzando el 25 por ciento en intención de voto en las últimas encuestas de esta semana. Pero se observa que el 77% de los encuestados considera que las urnas no conseguirán un gobierno con mayoría . Porque el problema reside en que esta coalición representa un grupo muy variado de ideologías de izquierda, que van desde los más ecologistas hasta los maoístas.

Un total de 20 agrupaciones de izquierda y muchos políticos individuales . Difícil de ponerse de acuerdo en cuestiones que no sean puramente «de oposición» al programa de reformas y recortes, conocido como el memorando. Y difícil de pensar en ver gobernar a esta coalición variopinta donde nadie ha tenido experiencia de gobierno.

Tsípras hasta ahora ha tenido la habilidad de torear a todos los grupos a los que une su conciencia de izquierda, su rechazo a los recortes y su deseo de un gobierno de coalición de la izquierda. Su juventud y su pasado político (ya participaba en actividades políticas en el bachillerato, como miembro de las juventudes comunistas) le hace ser «inocente» y ajeno al mal gobierno , los excesos, las mentiras y la corrupción atribuida a los dos grandes partidos con los que no ha aceptado formar coalición , el socialista y el conservador.

La campaña anterior de Syriza se basó en rechazar el memorando pero manteniéndose en el euro (una acrobacia incomprensible hasta ahora) y en conseguir un gobierno de izquierda. Pero cuando Tsípras tuvo el mandato presidencial para formar gobierno dos días después de las elecciones no pudo crear una coalición .

En estas elecciones necesita más votos y más aliados, pero también una política que convenza. Por ahora se ha ganado los votos de los desesperados , de quienes oyen sus promesas de que garantiza sueldos (habla de uno básico de 1.400 euros, pero nadie sabe de dónde saldrá) y pensiones, la congelación de los recortes que tiene que llegar. Y esos 11.000 millones de euros que hay que recortar de gastos públicos para el 2012 y 2013 «que nos roban de nuestro bolsillo».

Los expertos griegos se preguntan si el éxito electoral de Tsípras tiene futuro o es solo la expresión de la furia, la desesperación y el miedo de muchos griegos. Su actuación puede llevar a un rechazo del programa de reformas que llevaría rápidamente, al no tener ya fondos de la UE y del FMI, a una suspensión de pagos y a abandonar el euro. Nadie olvida que Tsipras es un antiguo comunista que ve con buenos ojos una economía con control estatal , no quiere que pierdan su trabajo los millares de funcionarios y empleados estatales que sobran en la administración griega y anuncia ese sueldo mínimo de 1.400 euros. Pero nadie sabe de dónde vá a conseguir dinero para todo ello.

Ahora Syriza es un partido que tiene que ser capaz de presentar un programa de gobierno concreto. Por ahora no lo ha hecho ni para la financiación del estado griego ni para los bancos. Syriza quiere que se nacionalicen todos pero sin dar mas detalles, aunque insiste en que garantizará los depósitos de los griegos.

Tsípras viajó a París para participar en reuniones con la izquierda griega, como vicepresidente del partido de la Izquierda Europea y encabezando la representación de Syriza-Ekm (Frente Social Unido). Había pedido ver a Hollande pero desde el Eliseo se le contestó que el Presidente recibe sólo a presidentes de gobierno .

Este martes, en Berlin, Tsípras declaró que «no creo que rechazar el programa de austeridad signifique la salida del país de la zona euro». «No buscasmos la destrucción de Europa sino su salvación» , añadió.