Francia se prepara, Alemania se descuelga

El ministro de Exteriores alemán dice "entender a aquellos que, por motivos respetables, se decidieron por una intervención militar" pero que "después de evaluar los riesgos" Berlín ha llegado a la posición contraria. El gobierno francés , que no ha especificado plazo de ataque ni objetivos, subraya que "una intervención que no es una ocupación , sino un dispositivo militar para proteger al pueblo libio".

El portavoz gubernamental en París, François Baroin, señala la inmediata reunión en la tarde de esta tarde del primer ministro, François Fillon , el de Defensa, Gérard Longuet , y el de Exteriores, Alain Juppé , con los principales jefes parlamentarios sobre la aplicación de la resolución aprobada por el consejo de la ONU.

Westerwelle ha afilado su perfil por primera vez desde su llegada a la coalición, reasegurado en todo momento a la oposición de que Alemania no cedería de su posición en la ONU ni participaría en un ataque militar . Las dificultades logísticas del ejército alemán y electorales de la propia coalición de gobierno figuran en primer plano.

La aversión a complicarse en la senda de otro impopular Afganistán, guía según los expertos las precauciones de partidos y gobierno, que saca partido de ello al desmarcarse ante sus aliados y presentar una posición internacional propia en casa. Alemania encara sucesivas elecciones regionales , de importante repercusión, en Sajonia-Anhalt en los próximos días y en Renania-Palatinado y Baden y Württemberg en la siguiente semana.

El Consejo de Seguridad acaba de aprobar la resolución que permite el uso de la fuerza aérea internacional en territorio libio , establece una zona de exclusión aérea y refuerza las sanciones. Alemania, miembro no permanente, se ha abstenido en la votación, junto con China, Rusia, Brasil y la India. Ésta respalda "todas las medidas necesarias para proteger a los civiles y las áreas pobladas por civiles bajo ataque en Libia, incluida Bengasi".

Berlín dice celebrar la resolución pero insiste en su " extremo escepticismo" sobre la opción militar . El ministro de Exteriores Westerwelle argumenta en un comunicado que su gobierno comparte la necesidad de incrementar la presión sobre el régimen libio de Muamar al Gadafi, defendiendo para ello la aplicación de sanciones y la congelación de fondos a Libia.

"La resolución contiene por un lado un claro endurecimiento de las sanciones internacionales contra el régimen de Gadafi. Esto lo apoyamos e incluso lo hemos fomentado", señala el comunicado alemán. Pero sobre la opción militar "vemos en ello apreciables peligros y riesgos. Por ello no podemos aprobar esa parte de la resolución".

Soldados alemanes no participarán en operación alguna, " nuestra posición frente al régimen de Gadafi no ha cambiado . El dictador debe acabar inmediatamente con la violencia contra su propio pueblo. Debe irse y afrontar las responsabilidades por sus crímenes".