Los extremos acaparan el voto juvenil en Francia

Una parte importante de los obreros (en torno al 30%) estima que la mejor solución pasa por romper con la Unión Europea, sacar a Francia de la zona euro, expulsar a decenas de millares de inmigrantes y poner fronteras fiscales a los productos de una cantidad impresionante de países. Entre el 20 y el 26% de los jóvenes franceses dicen estar dispuestos a apoyar a una candidata que propone ese tipo de medidas.

Opuesto a Le Pen, Jean-Luc Mélenchon , candidato del Frente de izquierdas (que incluye al PCF y varios grupúsculos izquierdistas), propone medidas muy semejantes, con un matiz «revolucionario». Mélenchon es partidario de «romper con el capitalismo» para volver a la «senda revolucionaria» nacional (1789).

Solo Daniel Cohn Bendit se ha atrevido a declarar que Mélenchon «delira». Sin embargo, el candidato de Frente de izquierdas ha conseguido lo impensable. Con sus intenciones de voto se confirma que Francia es el único país industrial avanzando donde crece el voto comunista. Hace años, el PCF había caído al 3% de las intenciones de voto. Con Mélenchon, las «soluciones» comunistas y asimiladas se cotizan hoy del 15 al 17% de intenciones de voto en la primera vuelta.

Mélenchon y Marine Le Pen son dos tribunos populistas, cuya demagogia cala con una facilidad temible en la tierra virgen de una campaña electoral que el filósofo Michel Serres ha definido de este modo: «Una campaña de abueletes, sin propuestas de nuestro tiempo, con retóricas de otro tiempo».

«Abueletes» arcaicos. Los populismos tienen una importancia cierta en todos los mercados políticos europeos. Sin embargo, los populismos franceses tienen un temible color local , seduciendo al 30% de un electorado sensible a la demagogia.

Gran ventaja del modelo electoral de la V República: esas «minorías» ultraradicales, a la izquierda y a la derecha, quedarán eliminadas en la segunda vuelta.

Diez candidatos se presentan en la primera vuelta (22 abril). Solo pasarán a la segunda vuelta los dos primeros. Los grandes favoritos son Nicolas Sarkozy , conservador, y François Hollande, socialista. Los electores de la extrema derecha y la extrema izquierda tendrán una influencia «perversa» en la elección del próximo presidente. Históricamente, los electores de extrema derecha votan al candidato socialista en la segunda vuelta. Los de extrema izquierda, también.