Un examen de 36 horas para confirmar a la primera mujer negra en el Tribunal Supremo de EE.UU.

Los senadores republicanos atacaron el punto débil de Ketanji Brown Jackson: su supuesta indulgencia en casos de pornografía infantil

Ketanji Brown Jackson AFP

Javier Ansorena

Para ponerse la toga del Tribunal Supremo de EE.UU. , los candidatos a juez tienen que atravesar una prueba de resistencia: el examen del Comité Judicial del Senado, el órgano que confirma a los nominados por el presidente de EE.UU. Ketanji Brown Jackson ... , la elegida por Biden para sustituir al magistrado Stephen Breyer, que anunció su jubilación a comienzos de año, fue sometida al examen la semana pasada: 36 horas de comparecencia repartidas en cuatro jornadas, con declaraciones iniciales, presencia de testigos y, sobre todo, interrogatorios maratonianos por parte de los senadores.

La confirmación, que se votará de forma definitiva la semana que viene, es histórica: Jackson va camino de ser la primera mujer negra en llegar al alto tribunal, 232 años después de su fundación. En citas con la historia anteriores, el proceso de confirmación gozó de consenso abundante: así fue en 1967 con Thurgood Marshall , el primer magistrado negro del Supremo (69 senadores votaron a favor, 11 en contra); en el de Sandra Day O’Connor , primera mujer en vestir la toga, en 1981 (99-0); o en el del primer elegido hispano, la juez Sonia Sotomayor (68-31), en 2009.

Polarización

Como se esperaba, no será el caso de la confirmación de Jackson. La polarización de EE.UU. se extiende a todas las facetas de la política y la confirmación de los jueces del Supremo no es una excepción. Lo que debería ser un examen de la valía, capacidad y experiencia del candidato para el cargo se ha convertido en un teatro político.

Es algo que se arrastra desde los procesos de renovación del Supremo en los cuatro años de presidencia de Trump . El último presidente republicano consiguió cimentar la mayoría conservadora del alto tribunal, el árbitro definitivo del sistema legal, que se enfrenta a decisiones clave en el futuro próximo, como derechos LGBT, aborto o acceso a las armas . Tuvo la oportunidad de nominar a tres jueces y dejar la mayoría 6-3 a favor de los conservadores.

Los demócratas dieron batalla en la confirmación del juez Neil Gorsuch porque estaban iracundos después de que los republicanos obstruyeran la confirmación de un elegido por el presidente anterior, Barack Obama . Poco después, la confirmación del juez Brett Kavanaugh se convirtió en un juicio al candidato por una acusación de última hora de agresión sexual cuando era un menor. La de la jueza Amy Coney Barrett también fue disputada porque Trump y los republicanos la hicieron a todo correr tras la muerte de su antecesora, la magistrada progresista Ruth Bader Ginsburg , dos meses antes de que el entonces presidente perdiera las elecciones en 2020.

Impacto político

Esos procesos tienen impacto político: las alegaciones contra Kavanaugh tuvieron que ver con el empuje demócrata que les permitió recuperar el control de la Cámara de Representantes en las elecciones legislativas de 2018. Es probable que la de Barrett tuviera también cierto impacto en la derrota de Trump . Y la de Jackson se produce en un año de elecciones legislativas y con mayorías exiguas demócratas que podrían perder en las urnas en otoño.

La polarización en el Congreso quedó en evidencia en el interrogatorio de los senadores del Comité Judicial. Los demócratas se dedicaron a celebrar los logros y la experiencia de Jackson –formación impecable, experiencia judicial intachable– y le lanzaron preguntas como centros para rematar en solitario a portería. Para apuntarse tantos políticos de cara a las elecciones, recordaron la conexión de Jackson con la policía –su hermano y dos tíos han formado parte de cuerpos de seguridad–, en un intento por abrazar el discurso de «ley y orden» que favorece la mayoría del electorado después de que las proclamas de «abolición y recortes a la policía» de su ala izquierdista cayeran en desgracia.

Una senadora republicana allana el camino para que la candidata de Joe Biden acceda al cargo

Todo lo contrario desde la bancada republicana. Los senadores cuestionaron su supuesta indulgencia en su imposición de sentencias a condenados por uso de pornografía infantil, en especial un caso de 2013 en el que condenó a un joven de 19 años que había compartido contenido de ese tipo a solo tres meses de prisión. El asunto sirvió para interrogar hasta la saciedad a Jackson con la coletilla de la pornografía . Otros buscaron asociarla con asuntos que estimulan al electorado republicano, como la teoría crítica racial –la defensa de la existencia de un racismo estructural en EE.UU. que afecta a todas las ramas de la sociedad y de la formación del país–, las cuestiones de identidad de género –«¿puede dar una definición de la palabra ‘mujer’?», le preguntó la republicana Marsha Blackburn, a lo que Jackson se negó– o su supuesta «benevolencia con el crimen».

Los más vehementes fueron senadores como Ted Cruz o Josh Hawley , que tienen su mira puesta, más que en las elecciones legislativas de este otoño, en las presidenciales de 2024, donde podrían saltar al ruedo si Trump decide no dar el paso.

Jackson corría muchos riesgos en sus comparecencias. Un error o una mala respuesta amplificada por los medios podría descarrilar su confirmación, que se decidirá en votación en el Senado a partir del lunes. La mayoría demócrata en la Cámara Alta es por la mínima, con un empate a cincuenta senadores que rompe la vicepresidenta Kamala Harris , que ejerce de presidenta del Senado. Pero quizá no sea necesaria su participación: una senadora republicana, Susan Collins , anunció ayer que votará a favor de Jackson. Es una de los tres republicanos que ya dieron su visto bueno a la nominada en su confirmación anterior, para el tribunal de apelaciones.

Si no hay defecciones demócratas –no se espera que ocurran ni en el caso del díscolo moderado Joe Manchin –, la decisión de Collins permitirá a Biden celebrar cierto acuerdo bipartidista con su elección y evitará un paseo algo sonrojante hasta el Senado para la vicepresidenta Harris, que no tendrá que ir a deshacer el desempate. La confirmación «va encaminada», pronosticó el líder de los demócratas en el Senado, Charles Schumer , incluso antes de que Collins se inclinara hacia el sí.

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