La matanza de Arizona refleja la crispación política en Estados Unidos

El "sheriff" local, Clarence Dupnik, ha alentado esta polémica sobre responsabilidades compartidas al explicar en los siguiente términos lo ocurrido en Tucson: "Cuando uno tiene en cuenta a la gente desequilibrada, cómo responde al corrosivo vitriolo que sale de ciertas bocas al querer destrozar al gobierno; el enojo, el odio, la intolerancia que existe en este país empiezan a resultar algo vergonzoso. Y desafortunadamente, Arizona, creo, se ha convertido en la capital. Nos hemos convertido en la meca para el prejuicio y la intolerancia".

La propia congresista Giffords ya había expresado preocupaciones similares. Sobre todo cuando su nombre apareció en el mapa publicado por Sarah Palin durante la última campaña electoral con una lista prioritaria de candidatos demócratas a los que había que derrotar, ilustrados con una especie de dianas. La diputada se quejó sobre "la forma en que Sarah Palin ha presentado un punto de mira sobre nuestro distrito". En declaraciones la cadena MSNBC, la parlamentaria insistió en que "cuando la gente hace estas cosas, se tiene que dar cuenta que existen consecuencias".

Tras una precipitada retirada de internet del mapa divulgado por el comité de acción política de Sarah Palin , la ex gobernadora de Alaska ha divulgado a través de su concurrida página de Facebook con 2,5 millones de seguidores una escueta declaración: "Mis sinceradas condolencias son ofrecidas a la familia de la diputada Gabrielle Giffords y las otras víctimas en el trágico tiroteo de Arizona. En nombre de mi esposo Todd y mi familia, todos rezamos por las víctimas y sus familias, y por paz y justicia".

Un miembro del equipo político que Sarah Palin mantiene para una posible candidatura presidencial se ha apresurado a negar cualquier evocación violenta en el mapa de objetivos electorales publicado el año pasado en sintonía con el "Tea Party". Según ha indicado Rebecca Mansour en declaraciones radiofónicas, "nosotros nunca, nuca tuvimos la intención de que fueran puntos de mira" y cualquier otra insinuación es "obscena". A juicio de Mansour, "de donde yo vengo, la persona que ha disparado es la culpable, nosotros no tenemos en absoluto nada que ver con esto".

Sobre todo en relación con la reforma sanitaria impulsada por la Administración Obama que Giffords respaldó, la representante del octavo distrito de Arizona había recibido múltiples amenazas de muerte. Y su oficina en Tucson fue atacada tras la votación del pasado marzo. Según ella mismo explicó al sufrir esas acciones de vandalismo, "nosotros hemos tenido cientos y cientos de manifestantes y la esquina de nuestra oficina se ha convertido en una zona donde el movimiento del 'Tea Party' se congrega y la retórica es realmente acalorada. No sólo las llamadas de teléfono sino también los correos electrónicos y las injurias".

En este sentido, los líderes de la nueva mayoría republicana en la Cámara de Representantes han decidido suspender sin fecha la votación para repudiar la ley de reforma sanitaria. Un gesto sin posibilidades de prosperar -ante la mayoría demócrata en el Senado y el veto presidencial- pero que los conservadores se habían empeñado en convertir en su primera acción parlamentaria para marcar el tono de la nueva legislatura de poder compartido en Washington.

La votación estaba prevista para el próximo miércoles pero el portavoz republicano en la Cámara Baja, Eric Cantor, ha confirmado un aplazamiento. Según el nuevo jefe de la mayoría conservadora, "toda la legislación actualmente prevista para ser sometida la semana que viene a la consideración de la Cámara de Representantes está siendo pospuesta para que podamos tomar las acciones que sean necesarias a la vista de estrategia".

La congresista Giffords también había generado vehemente oposición de sectores de izquierda por sus posiciones conservadoras dentro del Partido Demócrata. La diputada había comparado la situación en la frontera con México con el "Wild West" e insistía en multiplicar la presencia del gobierno federal para controlar la zona, incluidos recursos militares. Propietaria de armas de fuego desde hace tiempo, también era una firme defensora del derecho consagrado por la segunda enmienda de la Constitución de Estados Unidos.

Durante el arranque de la actual legislatura, Gabrielle Giffords también había negado su voto a Nancy Pelosi, su correligionaria de partido, como alternativa del Partido Demócrata para el puesto de "Speaker" que ahora ocupa el republicano John Boehner. Decisión que inspiró a un anónimo representado de Arizona a publicar en el blog de izquierda Daily Kos un comentario dos días antes del tiroteo titulado: "¡Mi diputada votó contra Nancy Pelosi! ¡Y ahora para mí está muerta!".

La Casa Blanca ha enviado hasta Tucson al director del FBI, Robert Mueller, para hacerse cargo de la investigación de la matanza. Además del pistolero detenido en el lugar de los hechos -el joven Jared Lee Lougner- las autoridades están buscando a un segundo individuo "de interés" ante la sospecha de algún tipo de complicidad. La imagen de una cámara de seguridad divulgada por el "sheriff" corresponde a un hombre blanco de unos 45 años que aparentemente habría facilitado transportado en coche al agresor hasta el lugar del tiroteo.

El sospechoso en custodia, de 22 años de edad, tiene antecedentes policiales y habría intentado sin éxito alistarse en el Ejército de Tierra de Estados Unidos. Hasta octubre, estuvo matriculado en un centro universitario público de Arizona pero fue expulsado por su comportamiento errático. En recientes mensajes divulgados por Internet, el joven con notorios problemas psicológicos expresaba su ira contra el gobierno y se refería a sí mismo como un "terrorista".

De acuerdo al último parte ofrecido sobre la evolución de Giffords, la congresista se encuentra en un coma inducido con respiración asistida, y su condición permanece extremadamente grave tras dos horas de complicada intervención quirúrgica. Aunque los médicos han expresado un relativo optimismo ya que la bala que le alcanzó en la cabeza no ha tenido una trayectoria especialmente devastadora. De hecho la paciente en la unidad de cuidados intensivos responde a estímulos externos, !es capaz de comunicarse y responder a órdenes simples". Con todo, los especialistas no han querido especular sobre secuelas o tiempo de recuperación.