Demócratas y republicanos critican a Trump por marcharse de Siria

La resolución aprobada ayer en la Cámara de Representantes por una apabullante mayoría asegura que «una retirada abrupta del personal militar de EE.UU. de determinadas partes del noreste de Siria beneficia a adversarios de EE.UU. como Siria, Irán y Rusia». Se trata de una reprimenda en toda regla a Trump, más aun si se tiene en cuenta que 129 republicanos de 197 votaron junto con los demócratas en un momento en que estos últimos investigan al presidente para destituirle.

Tras la votación sobre el repliegue en Siria, los líderes de ambos partidos se desplazaron desde el Capitolio hasta la Casa Blanca para verse con Trump y consensuar sanciones a Turquía. La reunión derivó inmediatamente en un tenso altercado entre Trump y la presidenta de la Cámara y líder de la oposición, la demócrata Nancy Pelosi.

Trump llamó a Pelosi «política de tercera». Ella respondió: «Usted ni siquiera es un político». El presidente les acusó de ser «una comunista» y de adoptar «tácticas soviéticas» . Según dijo después a los medios el senador demócrata Chuck Schummer, que presenció la discusión: «Nunca en mi vida he visto una falta de respeto semejante a un presidente de la Cámara». Ese puesto, similar al de primer ministro en un sistema parlamentario, es el segundo en la línea de sucesión tras el vicepresidente.

Son días de gran tensión política en Washington. Apenas unos momentos antes, en una rueda de prensa conjunta en la Casa Blanca con su homólogo italiano, Trump había defendido vehementemente la retirada de los soldados norteamericanos en la frontera de Turquía y Siria porque ganó las elecciones «con la promesa de renunciar a guerras eternas y sin sentido». «Si Rusia quiere proteger a los kurdos, que lo haga», dijo el presidente.

Hay sin embargo un matiz. Hasta hace apenas unos días el Pentágono mantenía que iban a salir de Siria los 2.000 soldados norteamericanos que han ayudado a derrotar a Daesh con ayuda de los kurdos. Sin embargo, según comunicó ayer Trump a los diputados y senadores que vinieron a verle a la Casa Blanca, al final solo salen 28 uniformados que estaban destacados en la frontera entre Turquía y Siria, y el resto queda en otras partes del país para «labores de seguridad».

En privado, el presidente ha recurrido a sus dotes de persuasión para tratar de evitar una catástrofe humanitaria en las zonas kurdas de Siria. En una insólita carta al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, fechada el 9 de octubre, Trump le insta a desistir de su ofensiva con palabras cuanto menos inusuales en una comunicación oficial. «No te hagas el tipo duro ¡No seas tonto! Te llamo luego», le dice Trump a Erdogan en esa misiva, cuya existencia reveló la Casa Blanca ayer.

A pesar de que Trump dictó sanciones el lunes contra el Gobierno turco, demócratas y republicanos en el Capitolio las consideran insuficientes y tratan ahora de consensuar su propia ronda.