Obama hizo de presidente y Romney aprobó como comandante en jefe

La victoria del presidente, en cualquier caso, no fue lo suficientemente sobresaliente como para provocar un gran efecto electoral . Según la CNN, el 48% de la audiencia dio por ganador a Obama y el 40% a Romney. Las cifras de la CBS dieron el triunfo al demócrata por un 52%, mientras que 23% se lo dio al republicano y un 24% estimó que había habido empate.

Fue un debate sin sobresaltos, al que Romney acudió con la estrategia de presentarse con una extrema moderación para quitar a Obama el más mínimo motivo de acusarle de querer llevar al país a una nueva guerra. A diferencia del anterior encuentro, en el que ambos se enzarzaron en réplicas agresivas, esta vez la conversación discurrió con tono menos airado. Incluso el lenguaje físico , condicionado por encontrarse esta vez sentados, también resultó más tranquilo.

Lo más llamativo es que Romney renunció a plantear batalla en los asuntos más polémicos, como la crisis por el ataque terrorista al consulado de Bengasi, controversia en la que ni siquiera entró. Tampoco quiso utilizar las posibles negociaciones directas con Irán desveladas esta semana. El candidato republicano se manifestó de acuerdo con diversos puntos de la actuación de la Administración -felicitó al presidente por dar caza a Osama bin Laden- y prefirió criticar a Obama por el gran cuadro general: el caos en el que ha entrado el norte de Africa y Oriente Medio tras la «primavera árabe», la continuación del programa nuclear iraní, la continua amanaza de Al Qaida... «Lo que se necesita es liderazgo de América y usted no lo ha proporcionado», dijo.

Por su parte, Obama jugó sus bazas del fin de la guerra de Irak y de la próxima salida de tropas de Afganistán , y varias veces resaltó que su contricante en el fondo no estaba aportando una alternativa. En un par de ocasiones hizo algo de trilero, mencionando que Romney quería haber dejado tropas en Irak (en realidad ese era el plan de la misma Administración, pero esta no logró cerrar un acuerdo con Bagdad) y trayendo a colación de forma inexta la expresión de Romney de que Rusia «geopolíticamente» es el primer enemigo de Estados Unidos. P ero Obama supo doblar la mano a su rival dialécticamente cuando, ante la acusación de que la Armada cuenta con menos barcos, le contestó que «también tiene menos caballos y bayonetas» que tiempo atrás, porque las necesidades operativas cambian.

Romney aseguró que no reduciría el presupuesto de Defensa, por más que Obama le advirtió que entonces sus cuentas presupuestarias “todavía suman menos”. El exgobernador de Massachusetts consideró prioritario que Estados Unidos puede seguir siendo repetado en el mundo, que es «la mayor garantía de una convivencia internacional en paz». Mezclando esas reflexiones con la necesidad de recuperar el liderazgo y la recuperación económica, aseguró que «América va a regresar. Esta nación es la esperanza de la Tierra» . Era una expresión muy similar a la usada también por Obama en su mensaje final: “trabajaré cada uno de los días por la nación más grande de la Tierra”. El debate concluyó sin que en su repaso de la temática internacional incluyeran a Europa.

SIRIA. Los dos candidatos estuvieron de acuerdo en que no debe haber una intervención militar estadounidense, pero mientras Obama rechazó que Estados Unidos debe facilitar armas a la rebeldes sirios, Romney defendió esa vía, en colaboración con otros países de la zona, como la más adecuada para acelerar la caída de Al Assad.

IRAN. Ambos se comprometieron a no permitir que Teherán llegue a tener armas nucleares, y a defender a Israel si este país es atacado por otro país. Sin discrepancias en esos aspectos, Romney centró su ataque en la «debilidad» mostrada por Obama desde el comienzo de su mandato, iniciado con lo que él reiteradamente llama «el tour de la disculpa», y que según dijo hace que los iraníes no se tomen en serio a Estados Unidos a pesar de las sanciones impuestas.

AFGANISTÁN. La fecha de salida de las tropas en 2014 fue compartida por los dos candidatos, sin que Romney introdujera más matices que la conveniencia de seguir atentos a esa zona, especialmente por la inestabilidad que puede haber en Paquistán. El republicano se comprometió a que las ayudas que recibe ese país estén sujetas a condiciones.

CHINA. Primó el discurso de que el gigante asiático está llamado a una estrecha cooperación con Estados Unidos, siempre que cumpla con las reglas del juego internacionales. Romney introdujo más advertencias hacia los chinos, reafirmando su compromiso de denunciar formalmente a China como manipulador de su moneda.