La complicada reelección

Se aventura un apretado pulso en el caso de que la nominación la gane Mitt Romney, el menos conservador de los candidatos republicanos y el más creíble como posible presidente. Desde la Segunda Guerra Mundial ningún inquilino de la Casa Blanca ha repetido mandato con un nivel de paro tan alto (8,5%), sin embargo la clave será la tendencia: si se consolida la recuperación y el paro sigue descendiendo, Obama puede encarar la victoria. En febrero de 2009, el paro estaba en el 8,3%; en octubre de ese año llegaría al 10%. Hasta los últimos meses de 2011 el desempleo seguía por encima del 9%. Lo que ahora parece apreciarse son los brotes verdes que en Europa se resisten a florecer : ya hace semanas en EE.UU. se descartó una segunda recesión. En favor también de su campaña está que al presidente le están llegando sustanciosos donativos, muy por encima de las finanzas de sus rivales.

Por lo demás, será un año en blanco en la gobernación de EE.UU. Con un Congreso bloqueado por la mayoría demócrata en el Senado y la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, y con un presidente que no procura el consenso (en una situación similar de bloqueo, Billl Clinton demostró más habilidad para el acuerdo), no se espera ningún avance en necesarias legislaciones. Así, EE.UU. seguirá atascado en su problema sobre la elevada deuda.

El mayor movimiento se producirá en la política exterior, con una sustancial reducción de tropas en Afganistán para el mes de septiembre, justo a tiempo para que Obama intente sacar rédito electoral. La relación con Irán, con probables momentos de crisis centrará la ocupación de la Secretaría de Estado, dando a Hillary Clinton el protagonismo que no ha tenido en estos tres años. Con Obama liderando la caza de Bin Laden y la retirada de Irak-Afganistán, la secretaria de Estado ha tenido menos visibilidad que otros predecesores en el cargo.

El nuevo año, por otra parte, marca el comienzo de las relaciones del nuevo Gobierno del PP con EE.UU. La cumbre del G-20 y de la OTAN de mayo en Chicago pueden enmarcar el primer encuentro entre Rajoy y Obama. Es posible que la relación Washington-Madrid mejore, aunque el actual presidente estadounidense ha demostrado escaso interés por estrechar lazos personales con Europa.