Los combatientes extranjeros en Ucrania, un arma de doble filo
Problemas de adaptación en el frente, radicalismo y desprotección legal. Aunque muchos soldados se enrolan por solidaridad con el pueblo ucraniano, su llegada podría poner a la diplomacia contra las cuerdas
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La guerra en Ucrania, en directo
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Iniciar sesiónSolo hicieron falta tres días desde el estallido de la guerra en Ucrania para que Volodímir Zelenski , presidente del país invadido, hiciera el siguiente llamamiento internacional: «Todos aquellos que quieran unirse a la defensa de la seguridad en Europa y el mundo ... pueden venir y estar al lado de los ucranianos contra los invasores del siglo XXI».
El ministro de Asuntos Exteriores ucraniano anunció hace unos días que más de 20.000 combatientes procedentes de 52 nacionalidades distintas se habían enrolado en lo que Zelenski bautizó como la Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania. Pero según varias fuentes consultadas por este diario esas cifras hay que tomarlas con la mayor de las cautelas . «Forman parte de la progaganda inherente a cualquier guerra. Todo conflicto interestatal –y más si es entre dos países grandes como son Rusia y Ucrania– genera una tensión mediática enorme y con ella, un gran efecto llamada », matiza Javier Gil, experto en Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas. La presencia de combatientes extranjeros en Ucrania, alerta Gil, puede ser un arma de doble filo , a pesar de las buenas intenciones y la valentía de los que se deciden a luchar contra Putin sobre el terreno.
«He sentido una llamada para venir. Creí que era lo correcto . Lo que está sucediendo aquí y lo que está haciendo Putin es terrorífico», expresa a Reuters Alexis Antilla, una universitaria neoyorquina que acudió a la desesperada llamada de Zelenski. Alexis está luchando en Kiev junto con Red Taylor y Rob, otros dos compatriotas voluntarios. El vehículo en el que viajaban los tres estadounidenses fue alcanzado por una mina terrestre cerca de la capital del país. Un soldado ucraniano estaba con ellos en el momento del ataque. «Pensábamos que había muerto» , relata Alexis, que también resultó herida en la explosión. A pesar de su cercana experiencia con la muerte, la joven afirma que desea volver al frente tan pronto como sus heridas se lo permitan.
Invitados por Zelenski
Red Taylor, de Tennessee, apunta, por su parte, que el ucraniano herido hablaba perfectamente inglés y que en el momento del estallido de la mina , apenas les dio tiempo a reaccionar. Su comandante, que solo se identificó como Rob, es tajante ante la delicada situación en Kiev:«No me gusta lo que le están haciendo a los civiles. Tiene que haber justicia en este mundo para las personas que quieren vivir en libertad y es por eso por lo que luchamos ».
El Gobierno de Zelenski invitó a los voluntarios a contactar con las misiones diplomáticas de Ucrania en los países de procedencia de los combatientes e incluso facilitó su ingreso publicando en una página web estatal las instruccione s a seguir para convertirse en un ‘legionario’ . Sin embargo, como ocurre en todos los conflictos bélicos, la guerra en Ucrania está atrayendo a mercenarios , civiles que participan activamente en los conflictos armados.
El principal problema para los mercenarios es la desprotección legal en sus países de origen. El artículo 47 del Protocolo I de los Convenios de Ginebra establece que los mercenarios no tendrán derecho al estatuto de combatiente o de prisionero de guerra y, por tanto, podrían ser tratados como terroristas. Además, el Ministerio de Defensa de la Federación Rusa alertó a los pocos días de comenzar la invasión, de que no reconocería como prisioneros de guerra a los mercenarios extranjeros que luchen contra las tropas rusas. Javier Gil puntualiza que no solo no se aplicará el derecho internacional sobre los mercenarios –civiles que no forman parte del Ejército ucraniano–, sino que los combatientes extranjeros tampoco pueden acogerse al estatuto del prisionero de guerra si son capturados por el Kremlin. «Putin ha dicho claramente que ya que para él la ‘operación’ en Ucrania no es una guerra, no se aplica el derecho internacional . Cualquier combatiente extranjero que sea apresado por el régimen ruso será, probablemente, ejecutado ».
Gil también es pesimista respecto de otras derivadas de la presencia de voluntarios combatiendo en Ucrania: los problemas de adaptación al frente, la falta de experiencia militar o la radicalización de algunos de los perfiles.
Extremismo e inadaptación
«Ucrania está librando una guerra por la supervivencia y no va a filtrar el grado de extremismo ideológico de algunos de los combatientes». El profesor identifica en esta realidad una amenaza: «La propaganda rusa podría beneficiarse de la presencia de perfiles vinculados a movimientos extremistas. Putin, no olvidemos, justifica su ‘operación’ en Ucrania en la ‘desnazificación’ ». Sería munición gratuita.
Por otra parte, Gil esgrime que los perfiles que pueden acudir son muy variados: voluntarios con experiencia militar o simplemente «personas muy motivadas cuya experiencia es nula y no saben manejar una ametralladora». La llegada de exmilitares –cualesquiera que sean sus nacionalidades–, policías o perfiles vinculados a la seguridad es, dice este experto en Relaciones Internacionales, bienvenida. Pero, en cualquier caso, los problemas de adaptación al llegar a un frente ajeno sin hablar el idioma del país se producirán en todos los casos. El primer ministro británico, Boris Johnson , desaconsejó a sus militares viajar a Ucrania sin los permisos correspondientes pues, según ‘The Independent’ varios de sus soldados se habrían ausentado para luchar en el este del país. Johnson advirtió de que el personal militar británico que se marche enfrentará un consejo de guerra a su regreso. «No deberían ir a Ucrania», zanjó.
Pero existe una última derivada que, a juicio de Gil, podría ocasionar tensión diplomática . «Si se apresa a algún combatiente, pongamos, estadounidense, Rusia podría utilizarlo para presionar al Gobierno de Biden. Internacionalmente, la presencia de combatientes extranjeros supone un juego diplomático muy peligroso, una herramienta de chantaje ».
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