reino unido
Laboristas y «euroescépticos» quieren que Cameron bloquee las cuentas de la UE
La oposición se sumará esta tarde a una moción no vinculante de diputados conservadores «rebeldes» para que Londres exija recortes en el presupuesto comunitario del periodo 2014-2020
borja bergareche
La Cámara de los Comunes votará esta tarde una serie de mociones no vinculantes relacionadas con el marco presupuestario comunitario para el periodo 2014-2020 con las que el ala «euroescéptica» del Partido Conservador quiere poner en el enésimo apuro al primer ministro, David Cameron. ... Varios diputados «tories» han introducido enmiendas en las que solicitan al gobierno británico que defienda en Bruselas una reducción «en términos reales» del presupuesto de la UE frente al incremento de un 5% que solicita la Comisión Europea, con el apoyo del Parlamento Europeo.
«La UE es una entidad despilfarradora que debe encontrar formas de ahorrar»
En palabras de Mark Pritchard, uno de los diputados conservadores detrás de la maniobra «euroescéptica», «en tiempos de contención fiscal para las familias en Reino Unido y en toda Europa, cualquier incremento en el presupuesto de la UE sería inaceptable; la UE es una entidad derrochadora y despilfarradora que debe encontrar ahorros y no nuevas formas de gastar el dinero de los contribuyentes».
La moción pro recortes cuenta ya con el apoyo de una treintena de diputados conservadores, pero podría sumar más apoyos hasta acercarse a los 81 parlamentarios «tories» que, en octubre del año pasado, solicitaron un referéndum sobre la pertenencia a la UE. «Para muchos diputados "tories", sobre todo para los 81 que ya se han rebelado [contra Cameron] en temas europeos, apoyar el recorte sería una manera fácil de restablecer sus credenciales euroescépticas ante el electorado , cuando muchos tienen dudas sobre el enfoque del Partido Conservador ante la UE», explica James Landale , analista de la BBC.
El panorama se le ha complicado al gobierno de Cameron, que maniobra en las últimas horas para contener el voto de «castigo», tras el anuncio realizado esta mañana por los laboristas de que apoyarán las mociones de los «rebeldes» «tories».
Cameron apoya un incremento nominal del 2%
Como expuso el propio Cameron al presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, durante su encuentro de 80 minutos en Londres la semana pasada, el gobierno británico está dispuesto a apoyar un incremento nominal del presupuesto comunitario que en ningún caso supere un ajuste del 2% por la inflación. «El primer ministro [Cameron] y el viceprimer ministro [Nick Clegg] dejaron clara la postura del gobierno de no apoyar ningún incremento en términos reales del presupuesto de la UE», explicó un portavoz de Downing Street tras el encuentro de Cameron y Clegg con van Rompuy.
Esta postura implica una reducción de unos 200.000 millones con respecto al presupuesto para 2014-2020 que pide la Comisión: 1,025 billones de euros (equivalente al 1,05% del producto nacional bruto de los 27) en siete años. Otras países, como Suecia, Francia, Holanda y Dinamarca podrían apoyar la propuesta alemana de limitar los recortes a 140.000 millones. Entre las posturas de los defensores de una mayor austeridad comunitaria y los planes de la Comisión Europea [puedes consultar aquí el proyecto de presupuestos] se ha situado la presidencia chipriota del Consejo con una propuesta de reducción de unos 50.000 millones.
La negociación final se producirá en la cumbre del 22-23 de noviembre
La negociación final por este puñado de millones de euros se producirá en la crucial cumbre del próximo 22 y 23 de noviembre, en la que los líderes de los 27 deberán negociar las cuentas para el próximo sexenio. La votación se producirá por unanimidad, con lo que Cameron podría hacer realidad su amenaza de vetar una propuesta que implique un incremento en términos reales del presupuesto.
La ironía –y la enorme debilidad– de su postura es que, en caso de bloqueo, se pasaría a prorrogar por mayoría cualificada (es decir, sin posibilidad de veto) los presupuestos de 2013 en 2014, ajustados a la inflación. El resultado podrían ser unas cifras de gasto mayores que las que contempla Cameron en estos momentos. El presupuesto de la UE en 2012 fue de 129.000 millones de euros, un incremento del 1,9% con respecto a 2011.
Aunque el voto esta tarde en la Cámara de los Comunes no es legalmente vinculante para el gobierno, el bochorno político será enorme si a los «rebeldes» conservadores se suman las filas laboristas y prosperan las enmiendas . Los portavoces de la oposición para asuntos económicos y europeos, Ed Balls y Douglas Alexander, firmaban un artículo este lunes en «The Times» en el que defendían un recorte en términos reales del presupuesto comunitario.
«Todos los países en Europa, incluida Gran Bretaña, deben tomar decisiones de gasto difíciles, y la Unión Europea no está –y no debería estar– exenta de este reto (...), por eso los laboristas criticaremos el incremento propuesto en el gasto de la UE y apoyaremos, en cambio, un recorte en términos reales del presupuesto», aseguran los dos responsables laboristas.
Aunque los laboristas decidirán hoy mismo su postura ante las enmiendas «euroescépticas», su defensa de los recortes han sido calificadas ya de «hipocresía» desde Downing Street. El ministro de Exteriores de Cameron, William Hague, recordaba este martes en el parlamento que cuando Balls era un asesor del Tesoro y miembro del gobierno de Gordon Brown, «el presupuesto anual de la UE creció por al menos un 47%».
Tony Blair y Liam Fox se suman al debate
Al tenso debate sobre las cuentas de la Unión se han sumado esta semana dos pesos pesados de la política británica, estirando cada uno hacia lados opuestos a un gobierno al que cada vez le resulta más difícil mantener el equilibrio entre la pulsión anti-Bruselas en el Partido Conservador y las obligaciones y compromisos hacia los socios comunitarios. El ex primer ministro, Tony Blair, defendía este lunes en Berlín que «va claramente en el interés de Gran Bretaña el no jugar a la política cortoplacista con esta cues tión». Además, añadía en relación a los planes de integración bancaria, fiscal y política que ocupan la agenda comunitaria que «personalmente, me gustaría ver al Reino Unido jugar un papel constructivo en la definición de esta nueva Unión».
Desde las filas conservadoras, el ex ministro de Defensa, Liam Fox –considerado como uno de los referentes del ala más antieuropea y tradicionalista de los «tories»–, aprovechó un discurso pronunciado este lunes en Oslo para volver a solicitar que Gran Bretaña afloje sus vínculos con la UE».
La aportación neta de Gran Bretaña a las arcas comunitarias fue de 11.270 millones de euros en 2011, una vez descontados los 3.560 millones que, cada año, se devuelven a Londres en concepto de «cheque británico» , una jugada maestra de Margaret Thatcher negociada en 1984 que sirve desde entonces para reducir la aportación británica a la política agrícola común.
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