Biden advierte a Putin de devastadoras consecuencias si deja morir a Navalni
El mandatario ruso recomienda a EE.UU. que se centre en sus propios problemas antes de criticarle
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Iniciar sesiónEn su esperado encuentro con Vladimir Putin , Joe Biden intentó mantener el foco en las violaciones de los derechos humanos del régimen ruso, advirtiéndole de que si el opositor Alexéi Navalni muere en prisión, las consecuencias para el Gobierno ruso serán « ... devastadoras», según dijo en una rueda de prensa posterior a la cumbre. Putin, sin embargo, acusó a Navalni de ser un agitador, y de buscar deliberadamente ir a la cárcel para darse importancia. Después comparó la persecución de los opositores rusos con las causas abiertas contra los partidarios de Donald Trump que saquearon el Capitolio en enero.
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Biden es el primer presidente estadounidense desde el final de la Guerra Fría en no anunciar que busca un nuevo comienzo con el Kremlin tras su toma de posesión. De hecho se estrenó en el cargo llamando a Putin «asesino» durante una entrevista de televisión, algo que provocó la llamada a consultas del embajador ruso en Washington. No pocos han sido los asesores de Biden que le recomendaron que no se viera tan pronto con Putin, dada la deriva autoritaria rusa y el incremento de la represión política.
Largo encuentro
Consciente de que una cumbre es ponerse en el mismo plano, al menos en la fase de negociación, Biden salió del encuentro de tres horas y cuarto queriendo dejar claro que se había quejado de las violaciones de los derechos humanos en Rusia. «¿Cómo podría ser el presidente de los Estados Unidos de América y no hablar sobre la violación de los derechos humanos?, eso le dije», dijo Biden en la conferencia de prensa. «Es por eso que vamos a seguir planteando nuestras preocupaciones sobre casos como el de Alexéi Navalni».
Navalni, de 44 años, es el crítico más destacado del presidente ruso, y está encarcelado desde enero, cuando regresó a Rusia tras recuperarse de un envenenamiento por el que casi muere y que, según han demostrado varias investigaciones independientes, fue perpetrado por los servicios de seguridad rusos. Navalni mantiene que la orden de envenenarle procedió del propio Putin, algo que este niega.
El opositor inició una huelga de hambre el 31 de marzo para solicitar tratamiento médico adecuado por la lumbalgia y atrofia de piernas y manos que sufre, agravadas por las condiciones de su encarcelamiento. Los médicos de Navalni pidieron recientemente que sea trasladado a cuidados intensivos, dado su delicado estado de salud.
Tanto la Unión Europea como la Casa Blanca han advertido previamente a Putin de que responderán con contundencia si Navalni fallece, tras el intento de envenenamiento en Siberia y su encarcelamiento. Biden reiteró esas advertencias, pero Putin no se dio por enterado. De hecho, en su conferencia de prensa –que dio antes que la de Biden, ambas por separado– el presidente ruso se refirió a la protesta racial del año pasado en EE.UU. tras la muerte de George Floyd.
Comparaciones con EE.UU.
«Hemos visto desorden, destrucción, violaciones de la ley. Sentimos compasión por EE.UU., pero a la vez no queremos que eso suceda en nuestro territorio», dijo Putin a través de un traductor de inglés. Después, preguntado sobre por qué se juzga y encarcela a opositores políticos, el mandatario ruso dijo que EE.UU. hace lo mismo con los partícipes del saqueo al Capitolio el 6 de enero, cuando se certificaron los resultados de las elecciones presidenciales de noviembre. Y dejó entrever que sus simpatías están con Trump y sus seguidores.
«En cuanto a quién está matando a quién, o quién está encerrando en la cárcel a quién, hubo gente que fue al Congreso de EE.UU. con demandas políticas», dijo Putin. «Y a más de 400 personas se les han imputado cargos penales. Se enfrentan a penas de prisión de hasta 28 años, tal vez 25. Se les está calificando de terroristas domésticos», añadió. En su propia rueda de prensa, Biden dijo que esas comparaciones son «ridículas».
Sobre la sintonía –o falta de ella– entre los dos presidentes, Biden perdió la paciencia al final de su rueda de prensa. En la foto conjunta, la prensa le preguntó si se fiaba ahora de Putin, y él asintió con una sonrisa. Al ser preguntado por ese gesto, Biden respondió, airado: «¿Qué demonios? ¿Cuando he dicho que me fíe de él? Si no lo comprenden, se han equivocado de profesión».
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