Berlusconi el indestructible

Atrás quedan las polémicas por las listas presentadas fuera de plazo. Atrás quedan los ataques a los magistrados que le investigan. La mayoría de los italianos ha vuelto a demostrar que el primer ministro goza del consenso popular. Guste a quien guste.

Ante el entusiasmo, el líder de la oposición y gran derrotado de estas elecciones, Pier Luigi Bersani, recordó que «Berlusconi ha ganado pero su partido ha perdido el 4,31% del consenso respecto a las elecciones europeas». Es decir, Berlusconi gusta pero su partido pierde poder, mientras la izquierda no encuentra su rumbo.

El problema de la izquierda en Italia ha sido su división y los numerosos pequeños partidos que han nacido porque la gran coalición no conseguía mostrarse unida. Los datos electorales lo demuestran con el éxito del movimiento creado por el cómico italiano Beppe Grillo, «Movimiento a cinco estrellas», proclamado ganador moral de estas elecciones. El movimiento que se presentaba sólo en cinco regiones, consiguió medio millón de votos, una señal más de la necesidad de cambio en el Partido Democrático de Bersani.

Consciente de su carisma

Quizá puedan aprender del PDL que basa su fuerza en el carisma de Berlusconi. Al «Cavaliere» le gusta estar entre la gente, dar mítines, que se hable de él, ver el fútbol -de hecho posee el Milán-, y disfrutar de las cosas bellas de la vida, como él mismo dijo en una ocasión. Como un italiano más. O mucho más.

El 26,78% de los italianos piensan como él -según las papeletas depositadas en las urnas-, y en estas elecciones se ha vuelto a ver. Porque hasta que Berlusconi no entró de lleno en la campaña electoral regional, se habló poco de elecciones en Italia.

La coalición PDL-Liga se adjudicó las regiones de Piamonte (47,3%), Lombardía (56,1%), Veneto (60,2%), Lazio (51,1%), Campania (54,2%), y Calabria (57,7). Mientras que la izquierda italiana mantuvo la hegemonía en siete regiones: Emilia Romaña (52,1%), Liguria (52,1%), Toscana (59,7%), Umbria (57,2%), Marcas (53,2%), Basilicata (60,8%), y Apulia (48,7%).

Berlusconi es consciente de su poder, pero tendrá que estar atento, porque en estas elecciones regionales, provinciales y comunales, ha salido a la luz un dato significativo: la pérdida de consenso de su partido ha supuesto el aumento de votos hacia la Liga Norte, el partido federalista aliado a Berlusconi. Precisamente las primeras palabras ayer de Berlusconi fueron para tranquilizar a los suyos: «La alianza con la Liga se confirma como una robusta fuerza de cambio», aseguraba el presidente del Consejo italiano.

Los datos hablan por sí solos. En la región del Veneto, históricamente de la derecha, la Liga Norte consiguió por primera vez más votos que el Pueblo de la Libertad (PDL) de Berlusconi (788.581 frente a 555.006). El partido federalista fundado en 1990 por Umberto Bossi ha superado el 12,7% del consenso, casi siete puntos más que en las elecciones regionales de 2005.

De este modo la Liga Norte presidirá dos provincias, Piamonte y Veneto. En Piamonte gobernará Roberto Cota, mano derecha del propio Bossi. Mientras que en Veneto será el ministro de Agricultura Luza Zaia quien consiguió un arrollador 60,1%, frente al 29,1% del candidato de la izquierda, Giuseppe Bortolussi.

Pero la fuerza «leguista» no llegó hasta Venecia, desde donde ayer llegaron los resultados oficiales del escrutinio para la alcaldía, confirmando a la izquierda en el poder de la mano de Giorgio Orsoni. El candidato del PD superó en siete puntos al ministro de Administración Pública, Renato Brunetta, candidato del PDL.

«Tsunami Liga Norte»

Será un ayuntamiento de izquierdas en una región de la Liga Norte. Todo un desafío porque Umberto Bossi se presenta ya como «árbitro de Italia», y los periódicos del partido apuntan ya a que «cambiará la historia». El «tsunami Liga Norte», como está siendo calificado el fenómeno, desencadenará ahora la lucha por el federalismo, «caballo de batalla» de este partido. Incluso el hijo de Bossi, Renzo, fue el más votado de su partido en Brescia donde se presentaba como consejero regional.

El cofundador del Pdl, Gianfranco Fini, llamó ayer a la cautela recordando que «la Liga es un aliado leal, pero la agenda de reformas la dicta el PDL y no ellos». Fini no está dispuesto a dejarse arrollar por el tren «leguista» y según los medios italianos pidió lo mismo a Berlusconi, con quien se reunirá tras las vacaciones de Pascua.