Assange comparece ante el juez y denuncia una «situación orwelliana»

En lo que era su vuelta a los tribunales desde que el 16 de diciembre se le concedió libertad condicional , Assange logró una ligera relajación de su confinamiento en la mansión de campo en que la ha pasado los últimas tres semanas. Así, durante las dos jornadas en las que tendrá lugar la vista sobre su extradición, podrá residir en el Frontline Club de Londres , donde ya estuvo escondido antes de entregarse a la Policía el 7 de diciembre.

En una entrevista emitida a primera hora del día por France Info, en lo que fueron sus únicas declaraciones públicas, Assange denunció que “acostumbrado a la presión, la situación actual es tal vez la más dramática que he vivido nunca ”. Indicó que el número de publicaciones diarias de cables diplomáticos de Estados Unidos “se ha intensificado enlos últimos tiempos y va a seguir aumentando”. Agradeció el apoyo que ha recibido desde todo el mundo y quiso que ese apoyo se traslade también a sus colaboradores. “No soy el único amenazado, todos los miembros de nuestro equipo lo están”.

Con ello, hacía referencia a últimos movimentos en relación a su caso. La semana pasada, en un controvertido requirimiento, Estados Unidos solicitó a la red social Twitter que facilite detalles de las personas vinculadas con Wikileaks . Por su parte, un gran jurado estadounidense podría estar investigando a Assange y algunos de sus colaboradores por espionaje.

Durante los escasos minutos que duró su comparecencia Assange se mostró distendido, y pudo intercambiar algunas impresiones con parte del público asistente, tanto a su llegada a la Woolwich Crown Court como a su marcha. Entre los asistentes estaban algunas de las personas que aportaron parte de los 282.000 euros de su fianza, como Jemima Khan.

Acompañado por su abogado Mark Stephens, Assange llegó a los juzgados procedente de la mansión de campo del condado de Northfolk donde vive, en la que se encuentra en régimen de libertad condicional desde el 16 de diciembre. Ellingham Hall se encuentra entre los condados de Norfolk y Suffolk, a unos 190 kilómetros de Londres y prácticamente en la costa del Mar del Norte.

Llegó con la pulsera electrónica que durante todo este tiempo ha estado registrando sus movimientos. Éstos se han reducido a paseos por la finca de 260 hectáreas, que incluye bosque y terreno cultivado y que sirve como coto de caza en temporada, y a una visita diaria a la comisaría de Policía más cercana.