La aprobación de Trump cae al mínimo casi al año de su victoria

Para Trump, con casi veinte puntos negativos, su comparación con sus antecesores, y ahora también sus críticos, George W. Bush (2001-2009) y Barack Obama (2009-2017), resulta casi odiosa. A la misma altura del primer mandato, el republicano contaba con nada menos que 78 puntos a favor, 87%-9% (aunque en el momento excepcional de un país fuertemente unido tras el 11-S), y el demócrata, con veinte: 53%-40%, según datos del sitio web The American Presidency Project. Cierto es que el primer presidente outsider, caracterizado por una agresiva forma de pronunciarse sobre los asuntos, acumulaba un amplio desgaste ya al llegar a las urnas, algo inédito en las últimas décadas. Pero también lo es que su labor ha hecho poco por sumar adeptos, como lo demuestra el desgaste que empieza a acumular entre votantes independientes y en algunos sectores que le auparon a la presidencia. El sondeo de WSJ-NBC muestra, por ejemplo, que entre las mujeres blancas sin formación universitaria, Trump ya no aprueba, como ocurría en septiembre (50%-46%). Ahora, sólo un 40% respalda su gestión, frente a un negativo 54%.

El presidente cosecha sus peores resultados en la gestión de los asuntos de política exterior, especialmente ante su decisión de no dar el visto bueno al acuerdo nuclear con Irán, que sólo cuenta con el apoyo de poco más del 20% de los estadounidenses. Su enfrentamiento verbal con el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un, y sus amenazas de un enfrentamiento militar, apenas reciben la aprobación de uno de cada tres norteamericanos.

Sin embargo, no todo está perdido para Trump. El mismo sondeo muestra el único camino que le permitiría salvar su mandato. Su gestión económica se mantiene en ratios de aprobación, con un 42% frente al 37% de críticos.