EE.UU. confirma el naufragio de un carguero con 33 tripulantes en Bahamas

Pese a las sombrías perspectivas, los equipos de rescate siguen trabajando para tratar de encontrar con vida a alguno de los 28 estadounidenses y cinco polacos que viajaban a abordo, dando ya por perdido el barco en sí. «Hemos variado nuestros esfuerzos para buscar personas que puedan estar en el agua y en botes salvavidas», ha asegurado el capitán de la Guardia Costera Mark Fedor en Opa-locka, en el entorno de Miami.

El Faro, de más de 200 metros de eslora y cargado con cerca de 700 contenedores, había partido el pasado martes de Jacksonville, en el noreste de Florida, con destino a Puerto Rico, adonde tenía que haber llegado el viernes. En el momento de zarpar, Joaquín era todavía una tormenta, pero en los días siguientes creció en intensidad, hasta convertirse en un huracán de categoría 4, con vientos de 225 kilómetros por hora . El jueves, el barco emitió un mensaje de alerta en el que advertía de que, mientras se enfrentaba a esas duras condiciones meteorológicas y olas de 15 metros, se había quedado sin energía propulsora y le estaba entrando agua. No se volvieron a recibir noticias desde entonces. Su última posición registraba estaba a 35 millas al noreste de las islas Crooked, en las Bahamas. «Esas son unas condiciones muy difíciles para sobrevivir», ha admitido el capitán Fedor.

De hecho, cuando el viernes salió un avión para tratar de localizar el barco, tuvo que dar la vuelta ante la fuerza del viento, que arrancaba las planchas del fuselaje.

El bote salvavidas que se ha encontrado es uno de los dos que llevaba el carguero y tenía capacidad para 43 personas , sin que haya aparecido el segundo. En cuanto al cuerpo hallado el pasado domingo, no ha podido ser recuperado. El traje de supervivencia que llevaba está diseñado para flotar en el mar y evitar la hipotermia.

Antes se habían recuperado un contenedor, piezas de otro y un chaleco salvavidas y se habían detectado sobre la superficie del mar restos de petróleo y de styrofoam, un material de poliestireno habitual para proteger la mercancía.

Ahora los equipos de rescate están rastreando una superficie de 370 millas náuticas cuadradas, repartida en dos áreas.

En la rueda de prensa de la Guardia Costera surgió la pregunta de si, ante semejante huracán, el carguero debió seguir adelante con la travesía prevista. «Es una decisión que debe tomar el capitán», se limitó a responder Fedor.