¿Truco electoral? ¿Estrategia para calmar los mercados? El caso es que al primer ministro le quita el sueño el objetivo de batir por goleada a su gran adversario, António Costa, y continuar así con las reformas que han evitado el descalabro a la griega del país vecino.
Las últimas encuestas auguran que Portugal à Frente (nombre de la alianza con el centrista Paulo Portas) se sitúa cinco puntos por encima del PS , aún insuficientes para evitar la incómoda búsqueda de pactos puntuales el día después. Un supuesto en el que los socialistas respiran más aliviados, ya que pueden acercarse a la CDU (coalición donde se integran los comunistas y los verdes) o al Bloco de Esquerda.
Por eso, se afanan en multiplicarse en esta última semana de campaña, con las espadas en alto y un horizonte a la vuelta de la esquina más engañoso de lo que parece a primera vista.
Los indecisos tienen la palabra para desequilibrar la balanza, cada vez más inclinada del lado de Passos Coelho en las intenciones de voto, especialmente si tenemos en cuenta que los socialistas lideraban los pronósticos sólo dos meses atrás.
De cualquier forma, unas hipotéticas elecciones después de estas inminentes elecciones (parece un galimatías surrealista, pero puede hacerse realidad al otro lado de la frontera) sólo podrían celebrarse pasado un tiempo mínimo de seis meses a partir del domingo.
Y es que no puede olvidarse que la República celebrará presidenciales en enero. Por tanto, los plazos mínimos de una nueva convocatoria están ya predeterminados por ley.
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