La oposición británica pide a Francia indemnizaciones por el caos de Calais

Las asociaciones británicas de transportistas aseguran que las enormes colas de camiones les están costando casi un millón de euros al día. También se quejan los servicios sociales del Condado de Kent, que han dado asilo ya a 629 niños que viajaban solos, el menor de 12 años. La hostelería de la zona lamenta que haya caído el número de turistas franceses en plena temporada. Pero lo cierto es que las colas de vehículos se han reducido con el fin de semana y ayer los camioneros alcanzaban el ferry tras una espera de tres horas y el Eurotúnel tras una hora. Atascos considerables, pero durante la semana, en el pico de los asaltos, llegaron a ser de hasta 18 horas.

También se ha reducido la presión sobre la terminal del Eurotúnel en Coquelles, a diez kilómetros del puerto de Calais. La razón es sencilla: ya se han desplegado allí 600 antidisturbios franceses. Si en el llamado «Campamento Jungla» hay unas 4.000 personas, sale a casi un policía por seis inmigrantes, sin contar a los agentes municipales y los vigilantes de la compañía.

De viernes a sábado volvieron a intentar cruzar la valla unos 800 jóvenes africanos y de Oriente Próximo ; de ellos, 300 accedieron al perímetro de seguridad. Pero Eurotúnel celebró el descenso de la presión y calificó la noche de «bastante tranquila». A comienzos de la semana hubo picos de hasta 2.000 intentos y de martes a miércoles murió atropellado por un camión un joven sudanés, la novena víctima desde comienzos de junio.

En Inglaterra el Gobierno sigue sufriendo la presión de una prensa amarilla desatada . El viernes Cameron anunció como medidas una valla de tres metros en la terminal, el envío de perros de rastreo y una nueva ley para controlar el trabajo ilegal y las peticiones fraudulentas de asilo político. El tabloide conservador «Daily Mail» le respondió con un «Qué flojo» a toda página. El «Daily Express» titula «Caos todo el verano».

En el campamento de los inmigrantes todo se ve de otra manera. «En lugar de darnos alguna solución nos mandan a los perros» , lamentaba una joven etíope embarazada y sola, que perdió a su marido en su ruta de varios meses a Calais. Otros jóvenes mostraban las cicatrices de las concertinas. Pero el trato gubernamental dista de ser inhumano. Las autoridades galas han instalado duchas, lavabos y lavadoras para los jóvenes africanos, que reciben alimentos de las ONG y pagas de 11,7 euros al día si han solicitado asilo político.