¿Por qué provoca temor la decisión de Putin sobre los arsenales atómicos?

El miedo a la confrontación nuclear no es nuevo. Ese temor marcó el pulso de los años de la Guerra Fría , un conflicto que enfrentó a Estados Unidos y la Unión Soviética, las dos grandes superpotencias victoriosas al término de la Segunda Guerra Mundial, hasta el desmonoramiento del imperio comunista en 1991. Los enemigos disputaron sus diferencias en varios escenarios bélicos, como en Corea de 1951 a 1953 o en Vietnam de 1955 a 1975. Sin embargo, nunca se enfrentaron directamente entre sí. Sobre todo porque un choque de esas características hubiera tenido efectos devastadores.

Estados Unidos arrojó la bomba atómica sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, la primera y última vez que fue empleada en combate. La Unión Soviética no tardó en desarrollar una tecnología similar. En septiembre de 1949, el presidente americano Harry S. Truman admitió que los comunistas ya tenían armamento nuclear. Moscú lo confirmó más tarde. Para 1974, cinco países poseían un arsenal de este tipo : Estados Unidos, la Unión Soviética, Reino Unido, Francia y China.

La doctrina de destrucción mutua asegurada (MAD, por sus siglas en inglés) evitó que Estados Unidos y la Unión Soviética se enfrentasen con armamento atómico. Su uso hubiera garantizado la desaparición de ambas superpotencias y causado efectos devastadores en todo el mundo . Una anécdota relacionada con la BBC, la cadena de televisión pública británica, expresa el temor de esos años. En 1965, el medio realizó un documental donde se fantaseaba con los posibles efectos de una confrontación nuclear. Pero sus responsabes decidieron no emitirlo, porque el resultado era «demasiado horrible». Los espectadores no pudieron ver «The War Game» hasta 1985.

A pesar del peligro latente, algunas crisis abiertas durante la Guerra Fría pudieron provocar la tragedia. Una de las más recordadas es la de los misiles de Cuba, en octubre de 1962. Kruschev, el por entonces dirigente de la Unión Soviética, decidió instalar misiles balísticos nucleares en la isla. Una operación peligrosa, dado que suponía una amenaza directa, por la proximidad geográfica, para los Estados Unidos. El presidente Kennedy exigió de inmediato su retirada y el dirigente comunista se lo pensó mejor . Finalmente «resistió la tentación de elevar la apuesta», como explica el historiador británico Tony Judt en su libro «Sobre el olvidado siglo XX». «No hay duda de que el pueblo cubano habría luchado valerosamente y habría muerto heroicamente. Pero no estamos luchando contra el imperialismo para morir...», comentó Kruschev a Fidel Castro entonces, para justificarse.

Al tanto del peligro, las Naciones Unidas trataron de lidiar desde su nacimiento con los riesgos de la energía atómica. Por eso reivindica sus iniciativas enfocadas a crear «varios tratados multilaterales con el propósito de evitar la proliferación nuclear y los ensayos nucleares». Sin embargo, la organización admite que «el desarme» supone «un reto muy difícil».