Irán reprocha a EE.UU. y a Irak no hacer frente a los yihadistas

Mientras que Occidente y los países árabes forman una coalición para bombardear a EI desde el aire y el mar, pero con la línea roja de «no poner tropas sobre el terreno», como repite en cada intervención el presidente Obama , Teherán envía a su hombre más carismático a la primera línea del frente y este se hace fotografías y videos con sus compañeros de armas para difundirlos a través de las redes sociales y grandes medios iraníes. Un hombre cuya historia al frente de las Brigadas Quds, encargadas de las operaciones en el extranjero de la Guardia Revolucionaria, resume la historia de las luchas internas en Oriente Medio y el reto de Irán de consolidar un «eje de resistencia» en los últimos 16 años. La limpieza sectaria es una de la prioridades de EI, que ve a los chiíes como apóstatas, una situación que ha empujado a Irán (gran potencia chií de la región) a sacar a la luz a un hombre calificado durante años como «el comandante en la sombra» y a movilizar a la milicia libanesa de Hizbolá, clave en la defensa de Assad.

Teherán y Washington son aliados del gobierno de Bagdad, pero no ocurre lo mismo con Damasco, donde solo los iraníes respaldan de manera firme a Bashar al Assad . Tras la toma de Ramadi, el secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter, acusó al Ejército iraquí de «abandonar» la ciudad. Suleimani salió en defensa de los iraquíes acusando a Estados Unidos de «no hacer nada» para evitarlo y desde la oficina del primer ministro, Haidar Al abadi, calificaron las palabras de Carter de «fuera de lugar y sorprendentes cuando nuestras fuerzas están preparando la ofensiva para retomar la ciudad».

La punta de lanza de esas fuerzas a las que se refiere Bagdad son las milicias chiíes, un ejército paramilitar formada por los iraníes desde 2003, que en Tikrit , hace seis semanas, ya demostraron su capacidad de ataque. Frente a los esfuerzos de Estados Unidos y sus socios de reconstruir el Ejército, tarea que llevará años, Irak aplica los métodos de Suleimani y recurre a unas milicias cuyo despliegue es inmediato. Los mismos hombres que durante una década lucharon en la clandestinidad contra Estados Unidos tras la invasión, ahora forman la más efectiva fuerza terrestre frente al EI. Por encima de motivos sectarios, como subrayan sus detractores, la República Islámica justifica su participación en que «debemos proteger nuestras fronteras contra el gran diablo y debemos ayudar a aquellos países que sufren a Estado Islámico», según declaró Suleimani durante un discurso a la Guardia Revolucionaria en la ciudad iraní de Kerman.

La zona iraquí del «califato» sitúa a los yihadistas en la frontera con Irán y por ello el ministro de Interior, Rahmani Fazli, no descartó una implicación aun mayor, al tiempo que adelantó que «ahora mismo se encuentran a 50 kilómetros de nuestro territorio: si se acercan 10 kilómetros más tendremos que intervenir». Además de la Guardia Revolucionaria, las fuerzas regulares también están en alerta y el jefe del Ejército de Tierra pidió un aumento del presupuesto militar.