Tsipras y Varufakis dan la vuelta al mundo para evitar acometer reformas

El jefe del gobierno heleno y su ministro de Finanzas despliegan una incansable diplomacia para ganar tiempo

begoña castiella

13/04/2015
Actualizado a las 08:31h.

El programa electoral de la izquierda radical griega de Syriza prometía mucho: salida de la austeridad con mayor empleo público y menos impuestos, recorte de la deuda, fin de los duros programas de reforma que serían sustituidos por otras medidas indoloras, nacionalizaciones en vez ... de privatizaciones, subida de sueldos y pensiones, restablecimiento de los convenios colectivos, contratación de los empleados estatales despedidos. Hasta ahora no han cumplido ninguna de esas promesas. Pero el primer ministro, Alexis Tsipras , y su titular de Finanzas, Yanis Varufakis , han viajado y negociado incansablemente desde que se formó el gobierno para conseguir mas tiempo con la inquebrantable esperanza de que el paso del tiempo les dará margen para efectuar sus propias reformas y liquidez para mantener a flote el país. Con el paso del tiempo, han comprobado que no habrá más dinero europeo si no se aplican las reformas –y recortes– aprobadas por el anterior gobierno o medidas equivalentes que garanticen el saneamiento de las cuentas. Han ganado tiempo, mas de dos meses, pero no resultados. En las cuentas públicas no hay dinero para pagar sueldos y pensiones más allá de abril ni para hacer frente a las obligaciones derivadas del rescate.

El electorado, sin embargo, aplaude estos esfuerzos y el último sondeo publicado este viernes muestra que Syriza tiene una intención de voto del 45,6% (en las elecciones obtuvo la victoria con el 36,3%).

Tsipras es inteligente, pragmático y carismático, pero aún debe llegar a un compromiso con «las instituciones» –o sea, la antigua troika– ya que la ayuda económica que necesita no se la darán ni los chinos ni los rusos. Deberá aplazar la aplicación de muchas de sus promesas electorales. Y las reformas que le exige Europa significarán un cambio de política y quizás de gobierno: la Plataforma de Izquierda y los nacionalistas del partido Griegos Independientes se oponen a cualquier recorte. Pero no le queda ni tiempo ni alternativas.

Bruselas, la difícil mediación

04-02-2015: Bruselas ha sido la capital más visitada por el primer ministro griego, Alexis Tsipras. El 4 de febrero se entrevistó con el presidente del Consejo, Donald Tusk (en la imagen) poco antes de reunirse con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker. El gobierno griego necesita el dinero europeo, pero rechaza las duras reformas que le piden los socios. Confía en que las instituciones europeas, sobre todo la Comisión, hagan de mediadoras y faciliten un acuerdo indoloro: dinero sin recortes. No lo ha conseguido.

Francia, un equívoco «aliado»

12-02-2015: En cuanto llegó al poder, el jefe del gobierno griego, Alexis Tsipras, buscó la alianza del presidente francés, el socialista François Hollande, en su pulso por lograr el visto bueno de Europa para una política expansiva, alegre en el gasto y sin reformas de calado. Hollande se mostró moderadamente receptivo. Pero en realidad el presidente galo solo se estaba apoyando a sí mismo. Abogó a favor de una mayor «flexibilidad», que es lo que él está pidiendo desde primera hora. Pero, a la hora de la verdad, nunca hizo frente a Merkel para apoyar a Tsipras.

Frente al muro del Eurogrupo

17-02-2015: La primera entrevista del ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, con el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem empezó con mal pie. Varufakis le dijo que su país no quería más rescates ni negociaciones con la troika (FMI, BCE y Comisión Europea). Pero, eso sí, necesitaba la asistencia financiera del Eurogrupo. Es decir, el dinero sin condiciones. Dijsselbloem no ocultó que la negociación había ido fatal. Desde entonces todas las negociaciones con el Eurogrupo han sido como toparse con un muro. Después, el tono fue más cordial, pero el desacuerdo persistió.

Italia, simpatía y... nada más

19-03-2015: Tsipras esperaba que el primer ministro italiano, Matteo Renzi, fuese su aliado frente a los socios más ortodoxos de la Unión. Renzi recibió a su colega griego con mucha simpatía y buenas palabras. Aseguró que él también es partidario de la flexibilidad. Pero no dio más muestras de apoyo sustancial en las negociaciones de fondo. Renzi regaló a Tsipras una corbata. El primer ministro griego le dijo que se la pondría «cuando encontremos una solución viable para Europa», es decir, un acuerdo satisfactorio para Atenas. Tsipras aún no ha hecho uso de la corbata.

Alemania, cordial pero inflexible

23-03-2015: Angela Merkel recibió al primer ministro griego con honores militares. Fue un recibimiento por todo lo alto, digno y cordial. Pero los honores militares y la cordialidad no cuestan dinero. En lo referente a la negociación para el préstamo, Merkel se ha mostrado inflexible a la hora de exigir a la extrema izquierda helena las mismas reformas y condiciones que se habían puesto al anterior gobierno de centro-derecha. Alemania cree que el Ejecutivo de Tsipras hizo promesas electorales jugando con dinero europeo y no tiene la menor confianza en que funcionen las recetas de Syriza.

Rusia, un amigo muy interesado

08-04-2015: La visita que más inquietud ha causado a la UE es la de Tsipras a Moscú. Existe el temor de que Grecia busque la ayuda económica rusa a cambio de convertirse en su submarino en la Unión. Como todos los socios, Grecia dispone de poder de veto en asuntos esenciales y podría torpedear la estrategia europea hacia Moscú. Sin embargo, el primer ministro griego insiste en que ese no es su interés. Yel propio Putin se mostró muy cauto durante la visita de Tsipras, como si no quisiera tensar aún más sus relaciones con la Unión.