Las FARC liberan a los dos soldados secuestrados en el este de Colombia

«Se trató de un trabajo conjunto con la Fuerza Pública, en el cual se garantizó el regreso con vida de los secuestrados a sus hogares, compromiso que primó en cada una de las actividades militares realizadas», indicó el Ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón agradeciendo el acompañamiento del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y de los países garantes, en este caso Cuba y Noruega.

Pese a que los soldados estaban en impecable estado de salud según lo confirmo el CICR, el malestar en Colombia con los diálogos y las FARC es inocultable. Aunque esta guerrilla, que ha perdido a buena parte de sus líderes, ha suavizado su posición en esta cuarta vez que se sientan a negociar con el Gobierno –hace diez años, por ejemplo, mantuvieron secuestrados a casi 400 soldados y muchos murieron tras años de cautiverio- aún insiste en mantener retenido al General Rubén Darío Alzate , de 55 años, el militar de más alto rango secuestrado en las cinco décadas que ya dura el conflicto.

Dicen que hay presiones militares en la región. Sus críticos piensan lo contrario: las FARC se anotaron un gol mediático con el secuestro del General Alzate, un peso pesado en las FF.AA. con más de 31 años de experiencia, un soldado que lo acompañaba y una civil. No sólo lograron que el presidente colombiano Juan Manuel Santos congelara el proceso de paz, sino que, días después, demostraron que seguirán negociando en medio del conflicto.

Disfrazados de pescadores, los rebeldes atacaron en la madrugada del sábado pasado la isla Gorgona, en el Pacífico. Un policía murió y el turismo, que había repuntado el último año en los parques naturales, se vio seriamente afectado. Y lo peor. La desconfianza reinó de nuevo.

«Esperamos que los operativos dirigidos por el Ministerio de Defensa y el sitio militar contra la población civil, se suspendan de inmediato, para que la liberación de las personas mencionadas (el general y sus acompañantes), trascurra sin sobresaltos y sin riesgos para ninguna de las partes», justificaron los líderes de las FARC en un comunicado.

La respuesta fue el clásico enfrentamiento de poderes entre ambas partes, es decir, las Fuerzas Armadas., que no ocultan su oposición a negociar con las FARC, y las FARC mismas. En declaraciones a medios locales el viceministro de Defensa, Jorge Enrique Bedoya, desmintió cualquier intento de rescate y aclaró que el despliegue militar solo busca proteger a la población.

«Lo único que estamos realizando en el departamento del Chocó –donde fue secuestrado el General - son operaciones de control territorial y de seguridad de los habitantes por estos grupos terroristas y en particular de las FARC, que operan en la zona», afirmó. Y explicó que hasta que la guerrilla no facilite las coordenadas geográficas para la entrega, no se puede suspender la actividad militar. «Es el colmo que las FARC ponga estas excusas para no liberar a los secuestrados. Las FARC conocen cómo funcionan estas misiones».