Correa tiene vía libre para perpetuarse en el poder en Ecuador

«¿Está usted de acuerdo en modificar la Constitución y permitir la reelección indefinida del presidente de la República y otras dignidades de elección popular?», es la pregunta propuesta por las 40 organizaciones, que pidieron al CNE los formularios para recoger 580.091 firmas (el 5% del padrón electoral) que la ley exige para una consulta.

«La enmienda da la candidatura de presidente y alcaldes; el poder, los votos», asegura Correa y repiten sus partidarios, que consideran que el pueblo se pronunciará, pero en 2017, en las elecciones.

La decisión de la Corte Constitucional ha provocado la reacción de la dirigencia política y social del país. Para la oposición, se trata de la construcción de un caudillismo.

«Correa no tiene relevo porque su organización política no es más que una estructura de culto a su personalidad; además, para ellos la reelección es un mecanismo indispensable de impunidad, su gobierno no ha rendido cuentas en todos estos años», comenta a ABC Marta Roldós, activista política, hija del fallecido presidente Jaime Roldós y vinculada a sectores sociales.

«Correa tiene la percepción de los caudillos, que se consideran predestinados a una misión para la cual son irremplazables; a su alrededor no hay otros dirigentes, sino fieles», señala el politólogo Jorge León.

«La reelección indefinida socava la democracia porque permite al presidente perpetuarse en el poder», coincide el decano de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Católica, Santiago Guarderas.

La oposición se muestra dividida. Sectores indígenas no apoyan la propuesta de Lasso, con el argumento de que «no se juntan con un banquero».

El expresidente Lucio Gutiérrez, que también busca que el pueblo se pronuncie, toma distancia de «Compromiso Ecuador» y propone reformas a la Constitución.

Los observadores coinciden en que la división es otra fortaleza del correísmo. «No se miran en el espejo de Venezuela, donde a la oposición le llevó 14 años juntarse para encarar al chavismo». Correa, que fue reelegido en 2013, completará en 2017 (fecha de las nuevas elecciones) una década en el poder.

La mayoría de los ecuatorianos se decantan por la celebración de una consulta popular para decidir sobre la reelección indefinida, según los resultados de dos encuestas independientes. Cedatos habla del 73% y Perfiles de Opinión del 93% de los ciudadanos.

Las cifras son una paradoja para Alianza País, que se jacta de gobernar consultando al pueblo. En efecto, Correa les consultó en 2007 si querían una Asamblea Constituyente y ganó; luego, el pueblo aprobó la nueva Constitución. También les consultó sobre la intervención en la Justicia y hasta sobre las peleas de gallos, las corridas de toros y la existencia o no de casinos. Ganó en todas las consultas.