Juppé disputará a Sarkozy la «corona» de la derecha francesa
El ex presidente evita en la TV pública un choque prematuro con el ex primer ministro
juan pedro quiñonero
Ha comenzado el partido, más bien la guerra, entre Nicolas Sarkozy, ex presidente, y Alain Juppé, ex primer ministro, disputándose el liderazgo del centro derecha francés.
Abrió el fuego Juppé, en la mañana de ayer: «Ha comenzado el partido. Estoy dispuesto a llegar hasta el ... fin. Mis enemigos no son los candidatos del centro o la derecha. Mis rivales son los candidatos de la izquierda, François Hollande, presidente, y Manuel Valls, primer ministro, que han conducido Francia a un callejón sin salida».
Horas más tarde, Sarkozy replicó con mucha mano izquierda, con el fin de evitar cualquier choque prematuro. En una gran entrevista a primeras horas de la noche en France 2, primera cadena del servicio público, Sarkozy insistió en su primera ambición básica: «Lo esencial no es la línea. Lo esencial es presentar ideas prácticas para intentar resolver los problemas de los franceses. Por mi parte, aspiro a unir a todas las familias del centro derecha, con una formación política de nuevo cuño».
Sarkozy intenta evitar las disputas prematuras con sus rivales conservadores, Alain Juppé y François Fillon, fijándose un objetivo estratégico que va más allá de las fronteras tradicionales del centro derecha: «En principio, todo el mundo puede hoy vencer a François Hollande. El problema es otro. Se trata de presentar un proyecto político mayoritario entre los franceses de todas las sensibilidades».
Filias y fobias
El nuevo Sarkozy se reinstala en la vida pública con un tono más flexible: «Quizá me equivoqué cuando pensé que mi energía me permitía trabajar en solitario. Hoy pienso que el poder debe ejercerse integrando distintas sensibilidades. Francia vive una crisis profunda. Los franceses atraviesan una etapa de angustia nacional. Es necesario aportar soluciones prácticas, con urgencia».
Sarkozy añadió: «Hay que acabar con los viejos enfrentamientos izquierda-derecha. Hay que proponer otras cosas. Otro tipo de partidos. Otro manera de hacer política».
A la espera del nuevo proyecto de Sarkozy, Juppé todavía se cotiza como candidato «ecuménico». Pasa bien entre los electorados conservadores. Y cuenta con una cierta benevolencia entre los electorados de izquierdas.
Sarkozy sigue siendo el candidato ideal para el electorado conservador. Pero provoca reacciones muy negativas en otros electorados. Según varios sondeos, el 80% de los electores conservadores desean que el ex presidente sea el «candidato natural» de la derecha, en las próximas elecciones presidenciales, en 2017. Sin embargo, el 60% de los franceses consideran de forma «negativa» la vuelta de Sarkozy a la vida política activa.
«Monarquía electiva», Francia tiene un modelo político presidencial muy particular. Para ser elegido jefe del Estado es necesario contar con todos los votos de su bando (izquierda o derecha) y algunos votos del bando adverso. Sin esa dimensión ecuménica, es imposible ser elegido presidente.
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