Los disturbios de Ferguson e Irak amargan las vacaciones a Obama

Minutos antes de que tomara el helicóptero para emprender sus días de descanso, Obama anunció los primeros ataques contra los yihadistas del Estado Islámico (EI) en Irak . Cuando este viernes la familia Obama se disponía a recoger sus cosas para regresar a la Casa Blanca, el equipo presidencial anunciaba posibles taques también en Siria.

Toda esa actividad ha obligado a tres comparecencias ante la prensa durante su ausencia, en lo que algunos medios han bautizado como vacaciones «horribilis». El presidente ha podido jugar nueve veces a golf, montar en bicicleta un día y salir otro para un largo paseo, además de acudir en dos ocasiones a la playa y de asistir a tres cenas en varios lugares de Marta’s Vineyard.

Ese asueto no ha estado exento de polémica. Como cuando tras expresar sus condolencias a la familia de James Foley, periodista degollado por EI, y decir que tenía el «corazón roto» por lo ocurrido, se marchó acto seguido a jugar a golf .

«El vídeo (del asesinato de Foley) era tan estremecedor que la idea de que inmediatamente después (Obama) corriera a la pista de golf fue demasiado para mucha gente», escribió un veterano estratega demócrata, Jim Manley, en el diario «The New York Times». Estas críticas se agudizaron cuando en cambio el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, canceló sus vacaciones tras detectar un acento británico en uno de los captores de Foley grabados en vídeo.

Otros le han criticado por estar ausente cuando la confrontación racial preocupaba a muchos ciudadanos. Las imágenes captadas ayer por la CNN de una mujer de color y sus hijos pequeños de entre tres y seis años, saliendo temerosos del coche con las manos arriba, apuntados por unos policías con el dedo en el gatillo porque pensaban que en el vehículo iban maleantes, da idea de una situación de emergencia que a la Casa Blanca le ha pillado con el pie cambiado.

Obama ha insistido en que todo presidente, aun cuando sale de vacaciones, sigue al mando del país. De hecho, muchos de sus asesores estaban con él en Marta’s Vineyard, y también hay que tener en cuenta que Obama, con 138 días libres en cinco años y medio en el poder, se ha tomado muchas menos vacaciones que sus predecesores en la Casa Blanca.

Sus defensores han recordado que George W. Bush llegó a pasar hasta cinco semanas en su rancho de Texas en plena guerra de Irak, cuando, en 2002, advertió del riesgo de los «asesinos terroristas» en Irak desde una pista de golf, para luego decir a la prensa: «Y ahora, miren qué buen ‘drive’».