Honduras pide a EE.UU. un plan antidroga como el aplicado en Colombia y México
El presidente Juan Orlando Hernández ha dicho que la emigración masiva de jóvenes en su país se debe a la violencia y falta de oportunidades como consecuencia del narcotráfico
MANUEL M. CASCANTE
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, atribuyó la violencia que ahoga a su país y la ola de emigración infantil centroamericana a la lucha contra el narcotráfico que auspicia Estados Unidos.
«Honduras vive una emergencia desde hace una década, probablemente más, a raíz ... de que Estados Unidos y Colombia hicieron operaciones importantes en la lucha contra las drogas. Posteriormente lo hizo México. Entonces el fenómeno se concentró en la parte norte de Centroamérica», ha dicho Hernández.
«Eso nos está generando a nosotros un serio problema que dispara esta migración. Buena parte de este fenómeno tiene que ver con la falta de oportunidades en Centroamérica , que a su vez tiene su origen en un clima de violencia, y esta violencia, casi en un 85 por ciento, está relacionada con el tráfico de drogas. Los jóvenes centroamericanos huyen de la violencia de las pandillas asociadas a los cárteles, que han llevado a Honduras a tener la mayor tasa de homicidios del mundo», añadió el presidente hondureño.
Hernández ha solicitado a siete congresistas estadounidenses que estructuren un plan de apoyo para combatir el narcotráfico en su país, en la línea del Plan Colombia y del Plan Mérida para México. El Gobierno hondureño afirma que existe una difícil combinación entre violencia, delincuencia y carencia de información frente al proceso legal en Estados Unidos de la reforma migratoria.
Alrededor de 57.000 menores centroamericanos fueron interceptados sin compañía de adultos desde octubre del año pasado tras pasar la frontera estadounidense. Ante el retraso de la reforma migratoria, el presidente Barack Obama pidió al Congreso una partida presupuestaria de 3.700 millones de dólares para atender la emergencia generada por el enorme flujo de niños indocumentados que ingresan desde México y que desbordan la capacidad de los centros de detención.
Juan Orlando Hernández también reconocía que el crimen organizado se ha infiltrado en la mayoría de las instituciones de Honduras, país en el que «se permitió que se fuera degenerando todo. Aquí ha habido lugares e instituciones donde buena parte de las decisiones no se toman en apego a la ley».
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