El Gobierno de Irak anuncia el inicio de la contraofensiva contra los yihadistas

En esta lucha el Gobierno cuenta con el apoyo de Estados Unidos que ha enviado 300 militares para asesorar y coordinar la contraofensiva. Sin embargo, Barack Obama se ha negado a ordenar nuevos ataques aéreos tal y como pedía el primer ministro, Nuri al Maliki. La insurgencia suní pide la cabeza del dirigente chií, que también ha perdido el respaldo de los kurdos y hasta de Washington, todos le acusan de haber sido incapaz de formar un auténtico gobierno de unidad nacional en los ocho años que ha pasado en el poder.

El problema es que la coalición de Maliki ganó las últimas elecciones el 30 de abril y aspira a estar en el cargo hasta 2018.

En medio del caos los kurdos han logrado hacerse con todas las zonas que tenían en disputa con el Gobierno central sin necesidad de pegar un solo tiro. Los Peshmerga (milicia kurdas) ocupan el vacío dejado por el Ejército de Irak en Kirkuk y fijan las nuevas fronteras de la región autónoma que ahora tiene como vecinos a los distritos suníes con presencia del EIIL. En los últimos días se han producido choques aislados en algunos puntos de esta línea divisoria, pero kurdos y suníes parecen satisfechos con el reparto realizado que desde Bagdad califican de «conspiración» contra el Gobierno.