El soldado de EE.UU. canjeado por talibanes, ¿héroe o desertor?
Obama insiste en que se ha hecho «lo correcto», pero el Ejército analizará las circunstancias en de la desaparición
El soldado de EE.UU. canjeado por talibanes, ¿héroe o desertor?
«Independientemente de las circunstancias, cualesquiera que puedan llegar a ser esas circunstancias, tenemos a un soldado estadounidense de regreso». Son las palabras con las que el presidente de EE.UU., Barack Obama, trata de justificar la liberación del soldado Bowe Bergdahl a cambio ... de cinco talibanes.
Obama se ha visto obligado a explicar en numerosas ocasiones su decisión puesto que son muchas las voces críticas que cuestionan el paso que ha dado. Así, pese a la euforia lógica que reina entre los familiares de Bergdahl y en su ciudad natal Hailey (Idaho, Estados Unidos), el Gobierno de Afganistán, compañeros del soldado y sectores políticos de EE.UU. han cuestionado abiertamente la operación por diversos motivos.
En primer lugar, el Gobierno gestionó el canje de Bergdahl por los presos de Guantánamo sin notificarlo al Congreso, algo que ha suscitado los reproches puesto que, por ley, el poder ejecutivo debió notificarlo con al menos treinta días de antelación. Ante esto, la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Caitlin Hayden, ha explicado que «informes creíbles del riesgo de daño grave» hicieron necesario que se actuara con especial rapidez. «La demora de la transferencia para cumplir con los 30 días hubiese interferido con el cumplimiento de dos funciones que la Constitución asigna al presidente: la protección de la vida de estadounidenses en el exterior y la protección de los soldados», ha añadido.
Críticas internas
Sin embargo, estas explicaciones no terminan de convencer a los republicanos, que piden ahora una audiencia abierta sobre las negociaciones para lograr el intercambio: «La ley dice que deben darnos aviso de 30 días. Si el presidente consideró que era una ley inconstitucional o inválida no debería haberla firmado. Sabía muy bien que estaba obligado por ley a darnos 30 días de antelación y no lo hizo», dijo el senador Saxby Chambliss, miembro del Comité de Fuerzas Armadas del Senado.
Por su parte, el gobierno de Afganistán se ha sumado a las críticas estadounidenses puesto que tampoco fue informado y la operación se gestionó con Qatar. El emirato del golfo Pérsico ha accedido a acoger al menos durante un año a los cinco líderes talibanes que, según el Gobierno estadounidense, tendrán libertad de movimientos, pero estarán bajo supervisión.
De otro lado están todos los interrogantes que siguen sin respuesta sobre cómo se produjo la captura de Bergdahl, de la que lo único que se sabe con certeza es que ocurrió en junio de 2009 en la provincia de Paktika, en el oriente de Afganistán.
La desaparición
El soldado Nathan Bethea, que estaba en el mismo batallón de Bergdahl cuando desapareció, ha asegurado a la BBC que considera que el sargento es un desertor y tendría que ser juzgado por una corte militar: «Tiene que haber desertado. No hay explicación de por qué un tipo abandona todo su equipo, su armamento y desaparece en mitad de la noche. No había razón para que saliera fuera de la alambrada (del campamento)».
No es el único que piensa así. Más de 11.000 personas han firmado ya una petición a la Casa Blanca para que se castigue por «desertor» al sargento Bowe Bergdahl. La petición indica que Bergdahl «no se ganó su rango de sargento» -porque fue ascendido en ausencia- y le acusa de desertar del Ejército estadounidense en junio de 2009 violando varios artículos del Código Miliar, por lo que «necesita ser castigado, no premiado», dice.
Los signatarios acusan al sargento de «abandonar su puesto» con intención de no apoyar la guerra contra el terrorismo y le achacan «ser directamente responsable» de la muerte de varios militares que fallecieron en las operaciones de búsqueda.
La iniciativa se presentó a través de « We The People » (Nosotros, el pueblo) una página de la Casa Blanca en internet que funciona desde 2011 y centraliza inquietudes, peticiones y preguntas ciudadanas a la Administración.
Por su parte, el Ejército estadounidense anunció el pasado martes que llevará a cabo un análisis «exhaustivo» de las circunstancias que rodearon la desaparición del sargento y actuará según las «regulaciones apropiadas».
El Ejército revisará el caso en un esfuerzo «abarcador» y «coordinado», que incluirá conversaciones con el sargento Bergdahl, para «comprender mejor» las circunstancias de su desaparición y cautiverio, según ha indicado el secretario del Ejército, John McHugh.
«Todas las demás decisiones se tomarán a partir de entonces, y de acuerdo con las prescripciones, las políticas y las prácticas adecuadas», ha indicado a través de un comunicado en respuesta a las cuestiones que han surgido sobre la desaparición del soldado.
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