El G-7 presiona a Putin para que negocie ya la paz con Ucrania
Los líderes descartan por el momento nuevas sanciones a Moscú, pero cierran filas e insisten en que el único camino de Putin es el de rectificar en el país vecino
enrique serbeto
Los líderes de los siete países más importantes del mundo cenaron en la noche del miércoles en la sede del Consejo Europeo de Bruselas, un formato extraordinario e inédito, centrado sobre todo en el conflicto de Ucrania. La reunión del G-7, que concluirá el ... mediodía del jueves, es en sí misma un mensaje de grave advertencia diplomática a Rusia, país que tendría que haber organizado este encuentro, pero que ha sido excluido en un gesto imposible de ignorar. Los dos anfitriones (en representación de la UE, los presidentes de la Comisión, osé Manuel Durao Barroso y del Consejo, Herman van Rompuy ) han recibido a los participantes con la impresión de que «existen posibilidades políticas y diplomáticas» de resolver la crisis, si Rusia accede a negociar directamente con el nuevo presidente ucraniano, Petro Poroshenko . En todo caso, después de lo sucedido en las elecciones ucranianas del pasado día 25, los europeos descartan hablar de ampliar las sanciones, aunque mantienen los preparativos para imponerlas si fuera necesario.
Hace más de quince años que los socios originales de este selecto club de los «grandes» (Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido Francia, Italia y Alemania) no se reunían aparte. La entrada de Rusia fue un paso que distorsionó este tipo de reuniones, que originalmente se centraban en la coordinación económica mundial, algo en lo que el Kremlin no tenía mucho que decir, y que precisamente por ello acabaron siendo un foro de discusión política. Ahora, como explicó Van Rompuy, esta reunión tiene por objeto esencial hacer ver a Moscú que su intervención en Ucrania «tiene un coste».
Antes de llegar a Bruselas, el presidente norteamericano, Barack Obama, ya se había entrevistado en Varsovia con Poroshenko , que le informó de los aspectos de su plan para estabilizar el país, ahora que su victoria en las urnas le ha dotado de legitimidad. Por un lado, Obama ha asegurado a los aliados del Este, sobre todo a Polonia y a los países bálticos, que la OTAN no dudará en actuar, en caso de que Rusia fuera una amenaza directa. Pero por otra parte, el jefe de la Casa Blanca espera que Putin dé un paso adelante hacia una solución pacífica de la crisis. Después de su reunión con Obama, el presidente ucraniano dijo que no descarta reunirse con el presidente ruso «esta misma semana», ya que ambos estarán presentes en las ceremonias del 70 aniversario del desembarco de Normandía. Lo que los líderes occidentales esperan de Rusia es «que colabore con el presidente electo legítimo ucraniano y que reduzca la tensión retirando sus tropas de la frontera y utilizando su influencia en los separatistas armados en el este de Ucrania para que detengan su actuación ilegal». Aunque legalmente ningún país ha considerado reconocer la anexión de la península de Crimea, su devolución no aparece en ninguna lista de las reclamaciones aliadas.
Y para presionar al Kremlin para que negocie la paz con Ucrania, la UE y el resto de países del G-7 mantienen los preparativos y el análisis de las consecuencias de una eventual nueva ronda de sanciones contra Rusia «si los acontecimientos lo requiriesen». Por ahora «consideramos que tenemos posibilidades políticas y diplomáticas para ver si Rusia está dispuesta a comprometerse más y detener la desestabilización en Ucrania».
Entre Rusia y Europa hay en estos momentos una red de interdependencia tan grande que se considera que sería muy complejo ir más allá en el caminio de las sanciones, salvo que Putin diera un paso absolutramente inaceptable. El caso más evidente es el de Francia, que debe entregar en cuestión de días dos fragatas de clase «Mistral», que Rusia le encargó (para alivio de su sector naval), mientras los servicios jurídicos de la Comisión analizan entre otras opciones un embargo de material militar a Rusia. Por no hablar del gas, del que la mayoría de los países de Europa central son dependientes. En estos momentos se está negociando precisamente un acuerdo triangular entre la UE-Ucrania y Rusia para evitar que Moscú corte el suministro. Cuanto más se acerque el invierno, más delicadas serán estas negociaciones para Europa.
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