Los separatistas de Ucrania celebran una farsa de referéndum

La comunidad internacional, que no tendrá observadores, considera la consulta una ilegalidad

Los separatistas de Ucrania celebran una farsa de referéndum reuters

mikel ayestaran

El camión de la empresa Cocinas Technopolis llega a la Biblioteca Municipal y un grupo de voluntarios carga en su interior las urnas y papeletas para montar los cincuenta centros de voto en Slaviansk. El referéndum se celebra en el bastión insurgente del este de ... Ucrania bajo la vigilancia de un número creciente de paramilitares llegados en los últimos días «para defender nuestro derecho a voto:si nos molestan responderemos y estamos preparados para matar en defensa de la consulta si es necesario», afirma el autoproclamado alcalde de la ciudad, Viacheslav Ponomariev, en una rueda de prensa en la que presenta de forma oficial la papeleta de voto.

«¿Estás usted a favor de la autodeterminación de la República Popular de Donetsk (RPD)» es la única pregunta a la que deberán responder los ciudadanos en un referéndum que Kiev y la comunidad internacional consideran ilegal y que se celebra pese a la petición de Vladimir Putin de retrasarlo. Una consulta que va camino de convertirse en farsa: sin observadores, sin garantías legales, sin garantías de que se celebrará en todas las ciudades de la región, pero, eso sí, bajo vigilancia de los paramilitares.

Este 11 de mayo es la culminación del levantamiento separatista que proclamó la RPD hace poco más de un mes. Además de Donetsk, la vecina provincia de Lugansk también votará sobre su escisión de Ucrania. En total se han imprimido tres millones de papeletas en esta región minera con una población estimada de siete millones de ciudadanos. Los organizadores esperan una participación del 60% y aseguran que se podrá votar «en los lugares habituales», aunque los separatistas solo controlan una docena de edificios oficiales entre las dos provincias. El sentimiento mayoritario entre la gente en esta parte de Ucrania es muy crítico con la actual administración de Kiev, pero la violencia de los paramilitares prorrusos, las prisas y la falta de garantías para un proceso legítimo siembran de dudas la consulta.

La capital de la RPD es Donetsk, pero es Slaviansk «el centro de poder y donde mayor presencia militar tenemos», destaca Ponomariev, que rechaza cualquier tipo de diálogo con Kiev si antes «no retiran a sus tropas y acceden a un intercambio de presos». El Ejército y la Guardia Nacional mantienen su ofensiva contra las provincias separatistas y el viernes al menos ocho personas murieron en los choques de Mariupol , siete de ellas del lado prorruso. La sensación de vacío de poder ha ido creciendo en las últimas semanas.

Un primer paso

Lo que nació como un llamamiento para la federalización de Ucrania ha derivado en una consulta que sigue el modelo de Crimea y, según los organizadores, no se descarta la opción de una nueva votación el próximo fin de semana para preguntar a la gente si quiere la adhesión a la Federación Rusa. «Es el primer paso para la división de Ucrania y el restablecimiento en el futuro de Nueva Rusia», señala Kiril Cherkashin, profesor del departamento y una de las cinco personas responsables de coordinar la consulta. Nueva Rusia es el nombre histórico empleado en la época zarista para referirse al sur y este de la actual Ucrania, conquistada por el imperio ruso en el siglo XVIII, y se ha convertido en el sueño a medio plazo de los separatistas.

El primer ministro interino, Arseni Yatseniuk ofreció la opción de celebrar una consulta no vinculante sobre la unidad nacional coincidiendo con las elecciones presidenciales del día 25, pero finalmente el Parlamento rechazó esta posibilidad. Sólo el Partido de las Regiones, formación del expresidente Víctor Yanukóvich, y el Partido Comunista, las fuerzas más votadas en el este, votaron a favor de la propuesta.

«Ya es tarde para Kiev, han pasado demasiadas cosas, hay muchos muertos y lo único que propone es descentralizar el poder. Esto nos empuja a pedir la independencia», sentencia Tetyana Marmazova, concejal en el Ayuntamiento de Donetsk del Partido de las Regiones. La gran duda en el seno de la formación es la fecha elegida y la forma de plantear la consulta porque «la Constitución no permite este tipo de procesos y en tan poco tiempo no se puede garantizar su legitimidad», lamenta Sergei Bogachov, secretario municipal en la capital de provincia. El problema para el Partido de las Regiones es que la calle avanza a mucha más rapidez que los despachos.

«Ya está todo decidido, no tiene sentido acudir a votar porque van a publicar los resultados que quieran y no se dan las condiciones mínimas para un proceso limpio», lamenta un profesor de la Universidad de Donetsk que pide el anonimato por miedo a represalias.

Marginación

Los partidarios de seguir con Ucrania son también críticos con la actual administración, «pero no queremos ser un estado tipo Transnistria, al margen de la comunidad internacional», explica el profesor. La voz de los partidarios de mantenerse en Ucrania ha sido silenciada a golpes en las últimas concentraciones que han intentado realizar en Donetsk. Los sectores más extremistas de ambos lados son ahora quienes lideran una batalla que lleva a Ucrania a la guerra civil.

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