Putin retira las tropas de la frontera ucraniana y pide aplazar el referéndum separatista

Putin ha comparecido este miércoles junto al presidente de turno de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el suizo Didier Burkhalter. Sin embargo, la OTAN ha emitido un comunicado en el que niega haber presenciado la retirada de tropas rusas de la frontera pese al anuncio de Putin.

Putin ha insistido en sus reivindicaciones de un diálogo político inclusivo como fórmula para resolver la crisis en Ucrania. El mandatario ruso ha reiterado que Kiev y los separatistas del este deben entablar conversaciones para atajar sus discrepancias, pero en esta ocasión ha reivindicado también gestos a los prorrusos. En este sentido, ha pedido a los «partidarios de la federalización» en Donetsk y Lugansk que «aplacen el referéndum del 11 de mayo para crear las condiciones necesarias para el diálogo».

Putin también ha exigido el «cese inmediato» de las operaciones militares «de castigo» lanzadas por Kiev en zonas del este y del sur del país, informa la cadena RT. El presidente ruso ha acusado de la actual «crisis» a los responsables del «golpe» que expulsó del poder en febrero al entonces presidente ucraniano, Viktor Yanukovich. Estas autoridades, ha advertido, «no se preocupan de desarmar a la extrema derecha y a los nacionalistas».

El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, ha hecho un llamamiento a Kiev a «parar inmediatamente el uso de la fuerza contra su propio pueblo».

El jefe de la diplomacia rusa ha apuntado a su vez que Rusia no permitirá silenciar la investigación del incendio en Odessa, donde el pasado viernes fallecieron 46 personas.

«No permitiremos que se oculte a la sociedad la investigación», ha asegurado el titular de Exteriores ruso, en una ceremonia en recuerdo de diplomáticos rusos muertos en la Segunda Guerra Mundial.

Según agencias locales, el ministro tachó de fascismo «lo que pasó en Odessa» y aseguró que Moscú hará todo lo posible para aclarar las causas de lo ocurrido tras los violentos enfrentamientos entre prorrusos y ultranacionalistas.

Anteriormente, Lavrov dijo que no «se sorprendería» si las autoridades ucranianas dieran carpetazo a la investigación de aquella tragedia.

Citó como ejemplo el «caso de francotiradores», que disparaban a los manifestantes opositores y a los policías, durante los días de febrero en que se desató la mayor violencia en Kiev contra el régimen del ahora depuesto presidente Viktor Yanukovich.