Renzi amenaza con dimitir si no se aprueba la reforma del Senado italiano
El Gobierno italiano presenta el proyecto que reduce funciones y sueldos a la cámara alta
ángel gómez fuentes
«Durante años los sacrificios han sido hechos por los trabajadores, las familias y los empresarios. Ahora ha llegado la hora de que los sacrificios los haga también la clase política». Con esta frase ha justificado el primer ministro, Matteo Renzi, la reforma del Senado, ... aprobada ayer mediante un proyecto de ley por el Consejo de ministros. El Senado se convertirá en una cámara de las regiones, con 148 escaños en total, que serán ocupados por los presidentes de las regiones y alcaldes de las capitales de cada región. Habrá 21 senadores nombrados por el presidente de la República entre personalidades de la sociedad civil. Ninguno de los senadores tendrá sueldo, porque ya percibirán salario por sus respectivos cargos.
No habrá, por tanto, elecciones generales para el Senado, que perderá dos funciones importantes: no votará la confianza al primer ministro ni tampoco los presupuestos generales. Sí tendrá poderes similares a la Cámara de diputados para las leyes constitucionales o reforma de la Constitución.
Con esta reforma del Senado, Italia superará el «bicameralismo perfecto», un sistema parlamentario con igual poder en ambas cámaras, lo que convertía la actividad parlamentaria en una especie de ping-pong entre el Senado y Cámara de Diputados, lo que eternizaba la tarea legislativa. Matteo Renzi ha manifestado que «se pone así fin a debate que dura ya más de 30 años».
Esta reforma constitucional no solo tiene el objetivo de recortar gastos en la política y reducir parlamentarios, sino también el de simplificar las instituciones. En efecto, el Consejo de ministros aprobó también la reforma del Título V de la Constitución, el articulo que regula las relaciones entre regiones, provincias (que serán canceladas) y municipios. Pasarán nuevamente al Estado una serie de competencias que habían sido transferidas a las regiones.
Con ese mismo objetivo de simplificar, reducir gastos y eliminar entes más o menos inútiles o ineficaces, el Consejo de ministros ofreció ayer un «aperitivo» de los pasos que dará en este terreno: abolió el Consejo Nacional de la Economía y del Trabajo (Cnel), un órgano constitucional compuesto por 64 miembros, con sueldos de oro y sin dar golpe, en representación fundamentalmente de los sindicatos y de los empresarios. La opinión pública aplaudirá esta abolición porque el citado Consejo estaba considerado completamente inútil. «Me gustaría saber si hoy en Italia alguno piensa que esta institución responde al objetivo que quisieron darlos los padres constituyentes», manifestó Matteo Renzi para justificar su abolición.
Dura polémica
La reforma del Senado aprobada por el gobierno ha venido precedida de una durísima polémica entre diversas fuerzas políticas, con malestar incluso en su partido. El actual presidente de esa cámara, el exmagistrado Pietro Grasso, elegido senador en las filas del Partido Democrático (PD), manifestó que «el Senado no debe ser abolido y los senadores deben ser elegidos por los ciudadanos». El jefe del gobierno y líder del PD ha respondido a Grasso con dureza y tono casi irreverente: «Puedo entender que el presidente del Senado quiera defender su asamblea. Pero el Senado no se defiende con el conservadurismo, sino al contrario, cambiando».
Para que no haya ninguna duda sobre su determinación con las reformas, Renzi ha amenazado: «Abandono la política si no se aprueba la reforma».
Renzi amenaza con dimitir si no se aprueba la reforma del Senado italiano
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