Estados Unidos regresa a Somalia veinte años después del Black Hawk derribado
Una célula de militares estadounidenses se encuentra en Mogadiscio para asesorar a las fuerzas somalíes
EDUARDO S. MOLANO
En octubre de 1993, durante la campaña para derrotar al general somalí Mohamed Farrah Aidid, 18 soldados estadounidenses fallecieron en la malograda batalla de Mogadiscio (popularizada en el imaginario colectivo como «Black Hawk derribado»). Un enfrentamiento en las calles de la capital de apenas un ... día de duración, pero en el que al menos medio millar de insurgentes perdieron la vida.
Quizá escarmentados, desde entonces, la «exclusiva» internacional (al menos, la oficial) de la defensa de Somalia frente a grupos armados -tales como la milicia islamista de Al Shabab- correspondía a la Unión Africana, quien mantiene desplegados a cerca de 22.000 soldados y policías, así como a los operativos de Kenia y Etiopía.
Hasta ahora.
Esta semana, el mando de Estados Unidos para África (Africom) desvelaba que una célula de militares estadounidenses se encuentra en Mogadiscio para asesorar a las fuerzas somalíes. En este sentido, el ministro de Defensa local, Abdihakim Haji Fiqi, reconoce que el despliegue «subraya el compromiso de la comunidad internacional (…) para restaurar la paz y la seguridad en el país».
Las operaciones espaciales, eso sí, son ya otra cosa. En octubre, miembros del Seal team six, la misma unidad que acabó con la vida de Osama Bin Laden en 2011, llevaban a cabo una misión en la ciudad sureña de Barawe. El objetivo era el arresto de Abdikadar Mohamed Abdikadar «Ikrima», un ciudadano de origen keniano ligado a los atentados contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania de 1998 y quien ya había sobrevivido a un ataque con «drone» (avión no tripulado) hace dos años.
Sin embargo, tras 15-20 minutos de tiroteos el operativo tuvo que ser «abortado». Precisamente, que la misión fuera de arresto/secuestro del objetivo demuestra las peculiaridades del «trabajo» (la propia Al Shabab asegura que entre los asaltantes se encontraban fuerzas especiales de Turquía y Reino Unido).
La lanza del Africom
El actual despliegue se alinea dentro del mando de Africom, una comandancia -en teoría, destinada a abrir vías diplomáticas con los conflictos regionales- que en la actualidad dispone de cerca de 3.000 efectivos militares afincados en la costa de Yibuti.
Aunque la ayuda humanitaria no parece ser su única seña de identidad en el continente.
Precisamente, desde el campamento yibutiano de Lemonnier se dirigió, en abril de 2009, el rescate del capitán Richard Phillips, secuestrado por piratas somalíes. Y precisamente, desde esta base, partieron los cuatro helicópteros que, solo cinco meses después, acababan con la vida de Saleh Ali Nabhan, por aquel entonces líder de operaciones de Al Qaida en el Cuerno de África.
Pese a ello, el verdadero banco de pruebas de esta comandancia (cuyos cuarteles generales se encuentran en Stuttgart, Alemania) ha sido el reciente conflicto en Libia.
Solo en el primer día -19 de marzo- de la operación lanzada por el Africom (quien coordinó a once buques de guerra estadounidenses y decenas de aviones) se dispararon cerca de 110 misiles de crucero Tomahawk. El ataque despertó, eso sí, no pocas antipatías en la región. A pesar de que los tres países africanos miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU - Nigeria, Sudáfrica y Uganda- dieron luz verde a la intervención, la Unión Africana se opuso de manera inequívoca.
Si bien, Libia también ha supuesto un cambio de tendencia en el Africom. Aunque por otro motivo.
El 11 de septiembre 2012, un ataque insurgente en la localidad de Benghazi provocaba la muerte de cuatro estadounidenses, entre ellos, el embajador en el país, Christopher Stevens. Al margen del escándalo político, el incidente supuso la tumba militar del general Carter F. Ham, excomandante al mando del Africom, y quien de forma reiterada había manifestado su negativa a excesos militares en el continente.
«No queremos y, desde luego, no requerimos de una excesiva presencia militar en África. Eso sería contraproducente. Estamos mejor con capacidades adaptadas de forma específica y misiones limitadas en el tiempo», declaraba recientemente el militar durante una conferencia en la universidad de Brown, en Rhode Island.
No obstante, solo un mes después de la desastrosa operación de Libia, el secretario de Defensa, Leon Panetta, anunciaba la nominación del general David M. Rodríguez al frente de la comandancia del Africom en detrimento de Ham.
Estados Unidos regresa a Somalia veinte años después del Black Hawk derribado
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete