Antonio Costa: «Para rehabilitar Lisboa hacen falta 8.000 millones de euros»

—Una campaña electoral sin cobertura televisiva. ¿Cómo lo ve?

—Inaceptable desde el punto de vista democrático. Pasamos por los lugares como artistas ambulantes. Realmente no entiendo esta postura, pero los que más han perdido han sido los ciudadanos.

—¿Cuál es su prioridad para Lisboa si logra su tercer mandato?

—Será concluir la reforma administrativa iniciada, tras la cual las juntas municipales pasarán a tener más competencias. Realizaremos una gran inversión en rehabilitar espacios urbanos y en el refuerzo de la resistencia sísmica de los edificios. Me preocupa igualmente el paro juvenil, por eso tenemos un programa dirigido al empleo. Y seguiremos apostando en Lisboa como destino turístico. Hay buenas noticias, como la llegada de Ryanair al aeropuerto de Lisboa, que traerá nuevos turistas, igual de que nueva terminal de cruceros. También hay que construir un gran centro de congresos en la ciudad.

—¿Hay dinero para la rehabilitación?

Lisboa es la única capital europea que tiene un riesgo sísmico elevado. Tenemos que invertir en el refuerzo estructural de los edificios. Además, para mejorar la eficiencia energética, tenemos que invertir en la cobertura de los edificios y las fachadas. En estas áreas podemos utilizar fondos europeos. Para rehabilitar toda Lisboa necesitaríamos ocho mil millones de euros, y nunca habrá una inversión pública de tal dimensión. Tenemos que movilizar la inversión de cada propietario de diversas formas. Por un lado el ayuntamiento debe apostar por rehabilitar el espacio público y así se revaloriza el patrimonio. Por otro, debemos crear incentivos fiscales para los propietarios que quieran renovar sus edificios.

—¿Está satisfecho con la imagen de Lisboa en lo que a la limpieza se refiere?

—No lo estoy y por eso he realizado la transferencia de esas competencias del ayuntamiento a las juntas municipales. De esta forma queremos resolver un problema claramente identificado, y las juntas tienen una mayor cercanía con el día a día, con lo que ocurre en las calles, en los barrios. En la reforma realizada, esta transferencia es muy importante. Las anteriores 53 juntas recibían 23 millones de euros por año y las nuevas 24 juntas tendrán un presupuesto de 68 millones.

—Trasladó su despacho al barrio de Intendente, en la Mouraría, conocido por la droga y la prostitución. ¿Han logrado transformar la zona?

—El cambio en la zona es evidente, la parte física de la Mouraría está concluido y existe un mayor conocimiento del barrio por los lisboetas y los turistas. Dejó de ser un barrio cerrado y han surgido nuevos polos de atracción. Pero siguen existiendo problemas, como la drogodependencia, que no desaparecen en poco tiempo.

—Si gana, ¿cambiará su despacho?

—De momento seguiré en Intendente, hasta que se finalice el trabajo. Y luego buscaremos otros «Intendentes» para poder hacer lo mismo en otras zonas de Lisboa.

—¿En qué consiste el presupuesto participativo de Lisboa?

Su originalidad reside en tener carácter deliberativo, los ciudadanos no se limitan a ser oídos sino que también deciden dónde destinar el dinero. Se trata de una cantidad importante: 2,5 millones de euros por año en los dos últimos presupuestos, y 5 millones en el anterior. Se han concretizado interesantes proyectos, como las start-up o las ciclo vías, que fueron ideas de ciudadanos.

—¿Cuál ha sido el principal impacto que ha tenido la crisis en Lisboa?

—El paro, el aumento de la pobreza, pérdida del poder de compra y unas pérdidas muy grandes en la restauración con el aumento del IVA. Igualmente, la nueva ley de alquiler es una amenaza a los potenciales inversores en establecimientos comerciales porque se admite la rescisión unilateral del contrato en el plazo de cinco años.

—¿Qué ayudas sociales han realizado?

—Comenzamos por crear un fondo de emergencia social para ayudar a las instituciones con dificultades financieras y a las familias. También hemos creado más plazas en las escuelas públicas porque cada vez hay más personas que no pueden pagar los colegios privados. Y tenemos un subsidio municipal de alquiler para ayudar a las familias con dificultades parar pagar.